muy bien cazado !
es una penilla que no saquen mas el coche y menos las posturitas y tonterias de los humanos que lo rodean
justo de esta señorita el otro dia lei un reportaje que la calificaba de una mezcla entre una lolita y dita von teese (la reina del burlesque (sic)) (ya quisiera esta amerricana hija de pastor protestante tener la clase de doña dita, ja !), parece ser que monto una de escandalo en el show de barrio sesamo americano al aparecer con el muñeco ELMO con un vestidito de aquella manera, y el capitulo fue censurado, pero ella que es asin de lista lo colo en youtube, y hala, a medrar....
ay, transcribo de sabina, ...si es que esta todo inventado ("thus Plato saith, nothing is but oblivion, nothing but rememberance,...(yeats dixit)"):
Tenía los pies diminutos,
y, unos, ojos, color verde marihuana,
a los catorce fue reina del instituto,
el curso que repetí,
las del octavo derecha dijeron:
"otra que sale rana",
cuando, en "Crónicas Marcianas", la vieron
haciendo streap-tease.
En sus quimeras de porcelanosa
conquistaba a Al Pacino,
los de "el Rayo"... no éramos gran cosa
para su merced,
si, la chiquita de Mariquita Pérez,
tuviera un buen padrino,
los productores, que saben de mujeres,
le darían un papel.
Pezón de fresa, lengua de caramelo,
corazón de bromuro,
supervedette, p*ta de lujo, modelo,
estrella de culebrón,
había futuro, en las pupilas hambrientas
de los hombres maduros,
enamorarse, un poco más de la cuenta,
era una mala inversión.
Debutó de fulana de tal
en un vil melodrama,
con sus veinte minutos de fama
retiró a su mamá,
el guión le exigía, cada vez, más
escenas de cama,
todavía, por Vallecas, la llaman:
Barbi Superestar.
La noche antes de la noche de bodas
arrojó la toalla,
el novio, con un frac pasado de moda,
enviudó ante el altar,
mientras, Barbi, levitaba, en la Harley
de un chulo de playa,
que, entre el Tarot, Corto Maltés y Bob Marley,
le propuso abortar.
Al infierno se va por atajos,
jeringas, recetas.
Ayer, hecho un pingajo,
me dijo, en el "tigre" de un bar:
"¿Dónde está la canción, que, me hiciste,
cuando eras poeta?"
"Terminaba tan triste
que nunca la pude empezar".
Por esos labios, que sabían a puchero
de pensiones inmundas,
habría matado yo, que, cuando muero,
ya nunca es por amor.
Se masticaba, en los billares, que, el Rayo,
había bajado a segunda,
por la M-30, derrapaba el caballo
de la desilusión.