Prueba del Porsche 911 GT3: vivir al ritmo de Le Mans
El nuevo 911 GT3 es un coche de carreras para carretera, firmado por la marca que como nadie sabe ganar en pista, incluso en las condiciones más exigentes
22/05/2021
El 911 GT3 es el Porsche de calle más cercano a la competición.
17,5 segundos es el tiempo que el
nuevo Porsche 911 GT3 saca a su antecesor en
una vuelta al circuito de Nürburgring, el lugar donde se separa el grano de la paja en lo que respecta al automóvil. Otro motivo de alegría, casi nostálgica, es que
todavía sobreviven algunos proyectiles analógicos como este, en un momento en que la
electrificación del automóvil se prepara para provocar varias bajas importantes en lo que respecta a los
coches deportivos de leyenda.
Pero, ¿cómo se consigue un tiempo de sólo
6 minutos y 59.927 segundos en una vuelta completa a los ultra exigentes 20,8 km del
"infierno verde" y, además del crono, el coche se lleva un tremendo elogio de un piloto con la experiencia de
Joerg Bergmeister (coleccionista de victorias en carreras de GT en Spa, Le Mans, Daytona, etc, para quien el nuevo GT3 es "de lejos, el mejor coche de producción en serie en Nurburgring")? Es algo que hay que explicar... pero será más adelante.
Su impresionante tiempo en Nurburgring es su mejor carta de presentación.
911 GT3 992, con corazón atmosférico
Mientras que otras versiones del 911 se han acostumbrado a tener
turbocompresores capaces de llevarlos a la cima de las prestaciones deportivas, el
GT3 sigue confiando románticamente en un
motor atmosférico. El peso se mantiene incluso con unas dimensiones ligeramente superiores:
1.435 kg en la versión que aquí probamos con
cambio automático PDK de doble embrague de 7 velocidades (los "puristas" pueden optar por la manual, también de 7 marchas).
Esto solo fue posible gracias a la adopción de un
nuevo capó de plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP), llantas de aleación forjada, vidrio ligero y un sistema de
escape deportivo de acero inoxidable. La nueva tapa trasera instalada detrás de los asientos y el cambio PDK, que no necesita una octava relación, también ayudan el nuevo GT3 a conservar "el tipo" (al igual que
la batería que pesa 10 kg menos que antes).
Solo así fue posible alcanzar una
relación peso/potencia de 2,8 kg/CV, algo que tiene un papel decisivo para que el
rendimiento máximo de 510 CV y 470 Nm permita una
mejora (aunque residual) en las prestaciones: gana 3 km/h de velocidad máxima (de 315 a 318) y recorta en décima de segundo el 0 a 100 km/h (ahora 3,4 s). De hecho,
el número 10 está muy presente en la evolución de las cifras del nuevo GT3, que también cuenta con 10 CV y 10 Nm más que en la generación anterior.
Ficha técnica
Porsche 911 GT3
MOTOR: Bóxer de 6 cilindros, Inyección directa;
Cilindrada: 3996 c.c.;
Potencia: 510 CV a 8.400 rpm; Par: 470 Nm a 6.100 rpm;
TRANSMISIÓN:Tracción: trasera;
Caja de cambios: automática de 7 velocidades y doble embrague;
CHASIS:
Suspensión: Dobles triángulos sobrepuestos/ Independiente multibrazos;
Frenos: Discos ventilados y perforados (cerámicos opcionalmente);
Dirección/diámetro de giro: Asistida variable, eje trasero direccional/10,4 m;
DIMENSIONES: Largo/Ancho/Alto/Batalla: 4.573/1.8521.279/2.457 mm;
Capacidad del depósito de combustible: 64 litros (90 opcional)
Peso: 1.435 kg;
Neumáticos: 9.5 J x 20 "- 255/35 ZR20 / 12 J x 21" - 315/30 ZR21;
PRESTACIONES Y CONSUMOS:
Velocidad máxima: 318 km / h;
Aceleraciones: 0-100 km/h: 3,4 s;
0-200 km/h: 10,8 s;
Consumo medio: 12,4 l/100 km;
Emisiones de CO2: 283 g/km;
PRECIO: 192.134 euros.
Esta evolución marginal de los atributos del motor no habrían dado lugar a esos interminables
17,5 segundos de mejora de tiempo en la vuelta-cañón a Nürburgring si no se hubieran conseguido mejoras significativas en la
aerodinámica. La más determinante la encontramos en el
eje trasero, donde el difusor, con sus grandes aletas, acelera el aire y genera un vacío para
generar una mayor adherencia al suelo sin afectar prácticamente a la resistencia aerodinámica.
El
llamativo alerón trasero en "cuello de cisne" tiene una aplicación
idéntica a la del 911 RSR (ganador de la clase GTEPro en Le Mans), al estar fijado sobre dos elementos angulares de aluminio, lo que da como resultado una
fuerza descendente un 50 por ciento mayor que en el anterior 911 GT3. En la
posición Performance, las fuerzas descendentes pueden aumentar en un 150 por ciento a una velocidad de 200 km/h, siendo esta una configuración de pista.
Gran ayuda del chasis
Los 17,5 segundos tampoco habrían sido factibles sin la
mejora en el chasis, empezando por la suspensión delantera, con
dobles triángulos sobrepuestos por primera vez en un Porsche de carretera (una configuración habitual en la
Fórmula 1 que ya se usó en la marca alemana en 2005 en el prototipo
LMP2 RS Spyder y, en 2017, fue adoptado en el
911 RSR de Le Mans).
El 911 GT3 aún puede mejorarse con 'golosinas' como el paquete Clubsport.
Sus principales ventajas con respecto a la anterior suspensión McPherson son la
superior rigidez de
camber, más
capacidad para sostener fuerzas laterales a lo largo de todo el recorrido de la suspensión y la de
contrarrestar los movimientos de la carrocería durante la frenada gracias a los ejes planetarios longitudinales con diferentes ángulos, además de
aliviar los amortiguadores de las fuerzas transversales que interfieren en las curvas.
En la
parte trasera hay un esquema de
cinco brazos y juntas esféricas adicionales para los brazos transversales sometidos a cargas muy elevadas, que permiten una
conexión casi perfecta con la carrocería, en comparación con los antiguos elementos de goma elastocinemáticos.
El
eje trasero direccional sigue siendo utilizado: hasta 50 km/h las ruedas traseras giran un máximo de 2,0 grados en sentido contrario a las delanteras, lo que resulta en una
reducción virtual de la distancia entre ejes, reduciendo el radio de giro y mejorando la agilidad. A velocidades superiores a 80 km/h, las ruedas traseras giran en el mismo sentido que las delanteras, favoreciendo la
estabilidad.
Y también continúa siendo posible (opcionalmente)
subir la parte delantera del coche a bajas velocidades (en 4,6 cm), lo que es útil, por ejemplo, para pasar
baches o en garajes con rampas empinadas (pero una novedad es la función que
memoriza la ubicación de dicho obstáculo y eleva automáticamente el vehículo al llegar a esa ubicación).
El 911 GT3 es relativamente cómodo en carretera... en los programas menos dinámicos.
Los conocidos
sistemas activos de este chasis ayudan a que
el control del GT3 tenga más que ver con pilotaje que con conducción. En el caso del control de tracción/estabilidad (PSM) hay más tolerancia antes de que intervengan las ayudas electrónicas, mientras que la
amortiguación variable (PASM) predispone al 911 GT3 más a la carretera (en el programa
Sport) o circuito (
Track), lo que limita aún más los movimientos de la carrocería.
El
equipo de frenado se alinea con el mismo estándar, muy alto, y los discos delanteros ven aumentar su diámetro hasta
408 mm (380 en el predecesor). Para requisitos más altos (y carteras más rellenas), es posible montar
frenos cerámicos en material compuesto con una resistencia a la fatiga superior (además de permitir una reducción de peso del orden del 50 por ciento) y con
pinzas pintadas en amarillo.
Otra novedad es el uso de
llantas de diferentes tamaños delante (20") y detrás (21") -algo que se conocía en los modelos RS- que también son más anchas (de 9 a 9,5") pero, aun así resultan casi
un kilo más ligeras cada una, gracias a la adopción de un
perno central único, un recurso común en coches de carreras.
Los neumáticos también son 10 mm más anchos (255/35 ZR 20 delante y 315/30 ZR 21 detrás), lo que se traduce en ventajas dada la mayor superficie de contacto con el suelo,
beneficiando la velocidad en curva, la tracción y la capacidad de frenado. Y
los neumáticos de competición ahora están homologados para uso en carretera (un privilegio, hasta hoy, exclusivo del 911 GT3 RS).
Interior típico de Porsche
En el
interior se respira una
atmósfera típica de Porsche, con las dosis adecuadas de sobriedad, practicidad, detalles deportivos y materiales y acabados de calidad, tanto en los
bacquets con reposacabezas integrados (opcionalmente en fibra de carbono, con un peso 12 kg inferior, cada uno), como en el volante revestido en Alcántara, que por primera vez incluye el
selector de modos de conducción (Normal, Sport y Track).
El
cuadro de instrumentos combina el diseño clásico, con cinco relojes redondos (destaca la marca de 10 000 rpm en el cuentarrevoluciones, que junto a él tiene un
esquema de visualización, mediante barras de colores, del momento ideal para el cambio de marcha) y dos pantallas de alta resolución de 7", con diferentes tipos de información.
El interior rezuma deportividad, pero sin mermar la calidad típica de Porsche.
Debido a que el piloto debe enfocarse en lo esencial, la novedosa
Track Screen permite reducir la información mostrada (presión y temperatura del aceite, temperatura del agua, gasolina disponible, etc.)
cuando el GT3 se conduce en pista, llegando al detalle de indicar la presión de neumáticos fríos y calientes.
Una vez más existe la posibilidad de adquirir el
paquete Clubsport (opcional) en este
911 GT3, compuesto por
barras antivuelco atornilladas detrás de los asientos, preinstalación de disyuntor de batería,
extintor manual y
cinturón de seguridad de seis puntos.
Lo probamos en carretera y en pista
Esta experiencia
al volante del nuevo
Porsche 911 GT3 se realiza sobre asfaltos públicos, entre Hannover y Dortmund, y en el
circuito de Bilster Berg, con sus 4,5 km de longitud que garantizan siempre emociones de montaña rusa.
Si la
carretera "civil" está en buenas condiciones, el esqueleto puede salir relativamente ileso de cualquier paseo de fin de semana... siempre que nos
olvidemos de los programas de suspensión más secos, dejándolos para otros escenarios. En ciudad se puede ver que
se han reducido los materiales de insonorización (se puede escuchar la conversación de los peatones cuando nos detenemos en los semáforos), mientras en autopista lo mejor es apagar la radio porque
cualquier melodía se ahoga con los ronquidos oscuros que llevamos a nuestras espaldas.
Al llegar al
circuito, los técnicos de Porsche recuerdan que las bajas temperaturas de finales de abril en Alemania requieren un par de vueltas "a medio gas" para evitar que las cosas se descarrilen, algo bastante posible cuando tenemos tanta potencia solo en el eje trasero y poco agarre para ponerla todo en el suelo.
Pero este es un buen momento para apreciar los
correctos desarrollos del cambio en este GT3. Ya sabemos, por otros modelos de Porsche, que
el cambio PDK es más rápido (en este caso, medio segundo de 0 a 100 km/h y casi un segundo hasta 200 km/h) y permite
consumos casi 1 l/100 km más bajos que el manual, pero Frank-Steffen Walliser, director de la gama 911, explica que "hay un tipo de cliente que se fija menos en los tiempos de vuelta, pero que aprecia la conducción purista que proporciona un cambio manual en un coche deportivo".
Probamos el PDK, pero también hay un 911 GT3 manual.
Incluso si queremos forzar la aguja del tacómetro a entrar en el "barrio rojo", en un mareo de sensaciones o si, por el contrario, frenamos con fuerza hasta que el coche quede casi completamente inmovilizado antes de una horquilla, ambas manos pueden quedar bien fijas en el volante, en la posición "dos menos 10" y aun así pasar de marchas, arriba y abajo y otra vez hacia arriba, a través de las
levas montadas allí para ese propósito.
El tiempo para cambiar "una arriba" no llega a 100 milisegundos (ningún humano puede igualar este récord ...), pero quien quiera conducir de una manera más civilizada siempre puede optar por el programa automático sin transformar con eso el 911 GT3 en un "corderito". En el extremo opuesto, el
programa Sport fue diseñado teniendo en cuenta el
uso en pista, acelerando los cambios de marcha pero aguantando el cambio hasta la línea roja y siempre después de alcanzar el punto máximo de rendimiento del motor.
A estas alturas ya resulta evidente decir que
las sensaciones de conducción del nuevo GT3 son alucinantes, con una
capacidad de aceleración omnipresente que no se detiene, sinónimo de la eficacia con la que clava sus
510 CV sobre el asfalto.
El consumo anunciado de 12,4 litros a los 100 km es tan meritorio como improbable y la potencia específica de 127,6 CV / litro resulta una cifra casi sin sentido.
Pico de emociones a las 9.000 rpm
Una de las maravillas que nos regalan los motores atmosféricos es su
capacidad para alcanzar revoluciones realmente altas, algo imprescindible cuando la idea es bajar el tiempo por vuelta.
El cuentavueltas tarado a 10.000 rpm nos dan una pista del carácter del motor.
Cualquiera que no quiera estar regularmente por encima de las 6.500 rpm estará desperdiciando aún 1/3 del potencial del
bóxer de 6 cilindros. Así que lo mejor es dejar que el motor siga subiendo y, antes de la curva cerrada, saltar de 6.500 rpm en 3ª a una segunda
más allá de las 8.000 rpm y descubrir la quintaesencia de este sensacional bloque de cilindros opuestos, que
grita de manera realmente aterradora.
¿Por qué este periodista vestido de piloto siente
sudores fríos a pesar de la tranquilidad de la combinación de r
uedas traseras de 315 mm de ancho sobre llantas de 21 pulgadas y el impecable funcionamiento del sistema de control de tracción? Porque
todo sucede "demasiado rápido" bajo cualquier circunstancia.
En zonas donde al volante de un coche más prosaico preferiríamos frenar, aquí
el cuentarrevoluciones nos impulsa a dejar seguir su ascenso hasta las 9.000 rpm (siempre que sea controlado por manos mínimamente habilidosas). En una curva que normalmente se haría a una velocidad máxima de 80 km/h, el
911 GT3 (4,57 metros de largo, pero sólo 1,28 m de alto y 1.435 kilos) "vuela bajo" a
casi el doble de velocidad.
El circuito es su hábitat natural, como ha quedado demostrado nada menos que en Nurburgring.
Lo que es aún
más imponente que la velocidad máxima en sí misma es el camino que podemos tomar para llegar allí (y el espectro de sonidos amenazantes y ensordecedores que nos acompañan). Con el coche parado, el pie izquierdo en la parte superior del freno y el pie derecho presionando el acelerador, la aguja del tacómetro salta casi al número 7 y las
palabras mágicas "Launch Control" aparecen en el monitor de la instrumentación, lo que significa que estamos a punto de generar el
despegue del cohete.
3.4 segundos después la aguja del velocímetro vuela más allá de los 100 km/h y otros
7.4 segundos después ya estamos alucinando al doble de velocidad. Junto a la suspensión, que puede ser realmente dura si ese es el deseo del conductor, produce uno de los masajes corporales más intensos que podemos recibir en cualquier coche de carreras actual, siempre acompañado de una amplia sonrisa o un grito de asombro incrédulo. O ambos al mismo tiempo. Al final,
menos de 7 minutos en una vuelta en Nürburgring no es para quien quiere, sino para quien puede...