Pero, volviendo al Zetilla Guindilla... Ir capotado a 40º es un suplicio. Mi Zetilla tiene aire acondicionado a condición de que subas o bajes las ventanillas y, aun así, la capota negra atrapa calor como un agujero negro. De manera que prefiero la solución de la crema solar tarifeña y, en casos muy extremos, una gorrita de los New York Yankees colorá, colorá, salmorejo, a juego con el Zetilla, enganchá a la coleta para que no se vuele; y carretera y manta. Y no suelo pasar mucho calor más allá de los naturales del verano. Al fin y al cabo, luego vamos a la playa y nos torramos durante horas al sol como un manojo de langostinos de Sanlucar en una parrilla y, en algunos casos, hasta pagamos por la cosa.
Este mismo domingo fuí con una amiga hasta Nerja (200 km), a tomar un tinto de verano en el Balcón de Europa. Luego al El Chorro por Antequera (150 km y ración de boquerones rellenos en el Bar El gusto, con el Zetilla Guindilla aparcao al laíto, a la sombra de un ficus). De allí a Ronda (60 km por una carretera que le como la cara al que se la haga en menos de 35 minutos..., yo la hice en una hora), paseito, tiendas, observación de legionarios

shame:


) y cafelito en la terraza del parador. Carrerita al atardecer hasta Puerto Sherry (140 km en algo más de hora y media), estirar las piernas por los puestecitos antes de cenar de tapas en ¿El Pantalán? Y a casita que se precisa una ducha antes de salir a tomar un batido Pulp Fiction al paseo marítimo de Getares (140 km por Vejer de la Frontera). Casi 700 km de curvas, sol y rocanroll con el Zetilla Guindilla descabriolao como si lo fueran a prohibir, y no me he carbonizado ni nada... cierto que, al llegar a casa, el alerón cantaba un poquillo a chotuno pero sólo porque en el EDC no había echao un roll on comme il faut, que si no, ni eso.
Que luego resulta que los exageraos somos los andaluces. ¡Anda ya!

