the manicminer
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Diario de un zetero: Domingo 7 de julio
Me despierto miro el reloj, las 7:36 y no tengo que ir al trabajo como todas las mañanas. Pero me levanto con una sonrisa en la cara, muchos pensarán que es una auténtica locura: coger el coche sin rumbo para desayunar a 80km de casa, y no precisamente por la calidad del café.
Paseo al perro pensando y a las 8:30 estoy en el garaje metiendo la llave en el contacto, el 6 cilindros empieza a ronronear y voy cogiendo temperatura atravesando la ciudad, aburrido en autovía. Por fin entro en el tramo que voy a investigar hoy. Me gusta tirar hacia pueblo en zona de montaña e ir probando rutas para descubrir nuevas curvas y paisajes.
Disfruto del camino escuchando una recopilación de las 1000 mejores canciones del pop y rock del siglo pasado en modo random, todo es aleatorio siguiente curva y canción.
Veo cafetería con terracita y aparco para desayunar, un estupendo café con leche y media tostada de pan con aceite y tomate. No me acostumbro que me llamen de usted, la camarera se queda sin propina. Entro a pagar, 1.80€ y pregunto por carretera: “Ufff esa carretera tiene muchas curvas, se va a marear usted, siga recto y antes de llegar a la plaza gire a la izquierda” definitivamente a la muchachita, le falta un hervor pero la ruta promete y dejo la vuelta de propina que agradece con una amplia sonrisa.
Enfilo el zeta saliendo del pueblo y empieza a sonar “November Rain” de Guns & Roses, 23 grados, temperatura perfecta. Siento esos momentos que me gustaría haber comprado un roadster y me lamento de no tener un abrelatas para disfrutar de la carretera entre árboles. Meto el modo sport, bajo las ventanillas, subo el volumen y empiezo a disfrutar de un tramo perfecto. Infinitas curvas, bien asfaltado, ningún coche… cuando estoy casi en éxtasis escuchando los últimos compases “You´re not the only one” un Galloper pisando huevos me trae a la realidad, el azar hace que empiece a sonar “Creep” de Radiohead mientras le adelanto estirando el motor hasta 6000rpm. Si las miradas matasen habría defenestrado al pobre señor. Un poco más adelante me encuentro a toda la p*ta vuelta ciclista, miro más adelante y la carretera desemboca en un pueblo. Modo sport off, ventanas arriba y enfilo hacia la autovía para volver a casa. Empieza a chispear cuatro gotas que me ponen el coche hecho una mierda, pero nada me puede quitar la sonrisa en la cara, estos momentos son los que hacen que me encante este coche.
¡¡Tenía que volver solo para dar una buena propina a esa chiquilla!!.
Me despierto miro el reloj, las 7:36 y no tengo que ir al trabajo como todas las mañanas. Pero me levanto con una sonrisa en la cara, muchos pensarán que es una auténtica locura: coger el coche sin rumbo para desayunar a 80km de casa, y no precisamente por la calidad del café.
Paseo al perro pensando y a las 8:30 estoy en el garaje metiendo la llave en el contacto, el 6 cilindros empieza a ronronear y voy cogiendo temperatura atravesando la ciudad, aburrido en autovía. Por fin entro en el tramo que voy a investigar hoy. Me gusta tirar hacia pueblo en zona de montaña e ir probando rutas para descubrir nuevas curvas y paisajes.
Disfruto del camino escuchando una recopilación de las 1000 mejores canciones del pop y rock del siglo pasado en modo random, todo es aleatorio siguiente curva y canción.
Veo cafetería con terracita y aparco para desayunar, un estupendo café con leche y media tostada de pan con aceite y tomate. No me acostumbro que me llamen de usted, la camarera se queda sin propina. Entro a pagar, 1.80€ y pregunto por carretera: “Ufff esa carretera tiene muchas curvas, se va a marear usted, siga recto y antes de llegar a la plaza gire a la izquierda” definitivamente a la muchachita, le falta un hervor pero la ruta promete y dejo la vuelta de propina que agradece con una amplia sonrisa.
Enfilo el zeta saliendo del pueblo y empieza a sonar “November Rain” de Guns & Roses, 23 grados, temperatura perfecta. Siento esos momentos que me gustaría haber comprado un roadster y me lamento de no tener un abrelatas para disfrutar de la carretera entre árboles. Meto el modo sport, bajo las ventanillas, subo el volumen y empiezo a disfrutar de un tramo perfecto. Infinitas curvas, bien asfaltado, ningún coche… cuando estoy casi en éxtasis escuchando los últimos compases “You´re not the only one” un Galloper pisando huevos me trae a la realidad, el azar hace que empiece a sonar “Creep” de Radiohead mientras le adelanto estirando el motor hasta 6000rpm. Si las miradas matasen habría defenestrado al pobre señor. Un poco más adelante me encuentro a toda la p*ta vuelta ciclista, miro más adelante y la carretera desemboca en un pueblo. Modo sport off, ventanas arriba y enfilo hacia la autovía para volver a casa. Empieza a chispear cuatro gotas que me ponen el coche hecho una mierda, pero nada me puede quitar la sonrisa en la cara, estos momentos son los que hacen que me encante este coche.
¡¡Tenía que volver solo para dar una buena propina a esa chiquilla!!.

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