FRENTE A FRENTE
Nos desplazamos conduciendo el Fiesta moderno hasta el pueblo guadalajareño Hontanares, donde nos espera su antecesor. Pues uno al lado del otro, tengo que confesar que esperaba que, en una primera impresión, la diferencia de tamaño entre ambos fuese mayor. No es así, quizá porque el modelo actual camufla parte de su volumen en unas formas más redondeadas. Con todo, mide medio metro más de largo y gana ampliamente en el resto de las cotas, como podréis ver las fichas de características técnicas que publicamos al final del artículo.
Todo nace de una diferencia de batalla de 207 mm, que no sólo se traslada al exterior, sino que se nota también dentro. Especialmente en las plazas delanteras, pues, curiosamente, detrás, tanto uno como otro tiene un espacio correcto y bastante similar. Si miramos los maleteros, el Fiesta MKVII anuncia una capacidad de 311 litros, y, aunque no he sido capaz de encontrar dicha medición en el clásico -no se anunciaba en el catálogo-, a simple vista se puede deducir que la cifra será igual sino mejor.
En su momento, el MKI podía ser un coche de familia, algo impensable con el modelo moderno. Fotografías de Jesús María Izquierdo.
Es evidente que en el Fiesta MKI el aprovechamiento del espacio es mejor. Esto es así porque el modelo moderno está dotado de los últimos adelantos en materia de seguridad, tanto activa como pasiva. Es algo que se traslada también a la báscula, pues el clásico pesa 730 kilogramos frente a los 1.213 kg de nuevo. El tamaño de las llantas -12 pulgadas frente a 17- es otra muestra más de cómo han cambiado los coches en las últimas décadas.
A LOS MANDOS DEL FIESTA MKI
Como hemos adelantado, esta versión Ghia viene completamente equipada. Incluye parabrisas laminado, faros halógenos, tablero en símil caoba, asientos delanteros con reposacabezas, tapicería de terciopelo Verona o paneles de las puertas guarnecidos. En el exterior, cuenta con molduras cromadas en las ventados, escudos de goma en los paragolpes, distintivo Ghia identificativo de la versión o cerradura especial en el portón.
Entre los opcionales, se podía pedir con techo solar de acero o cristal, techo de vinilo, lava faros, espejo derecho, pintura metalizada o ruedas en mayor medida. Como vemos, tanto el equipo de serie como el que podía pedirse aparte es de un nivel excelente, más si pensamos en que hablamos de un utilitario.
Una vez nos subimos al Fiesta clásico, la posición de conducción es excelente. Quizá un poco erguida, lo que, en todo caso, favorece una visibilidad exterior que es muy buena. Los asientos son anatómicos, mejores que los básicos, y el cuadro de mandos es más completo. Incluye, por ejemplo, cuentavueltas, elemento que no estaba presente en las versiones de arranque. Gustan y un mucho las inserciones en imitación caoba que le dan un toque de sofisticación al salpicadero.
Giramos la llave de contacto y arranca a la primera. Se nota que David lo cuida con mimo y lo tiene en perfecto estado de marcha. Desde los primeros metros se le nota un andar muy vivo, más de lo que podrían indicar sus 53 CV de potencia, desde luego. La clave es el peso, muy contenido y que circulamos con un único pasajero. Es un coche muy agradable de usar, que no resulta excesivamente ruidoso y que permite circular en tráfico actual sin excesivos problemas.
UN CAMBIO EXCELENTE
La caja de cambios resulta sobresaliente, tanto por recorridos como por escalonamiento, aunque en ocasiones echemos de menos una quinta marcha. Será más la costumbre que otra cosa. Los pedales van un poco juntos, pero no llega a suponer una complicación. En carreteras reviradas, ni siquiera la falta de asistencia de la dirección es un problema. Los frenos responden en tiempo y forma, al menos en un uso racional, se agradecen los discos delanteros.
Una imagen que parece sacada de un anuncio de época. Fotografías de Jesús María Izquierdo.
Aunque anuncia una velocidad punta de 145 km/h, que lógicamente no hemos probado, lo cierto es que permite circular cómodamente a cruceros por encima de 100 km/h. En su época, se decía que era un poco gastón, y sin duda lo es comparado con su hermano moderno. La tecnología no siempre es el ogro que nos quieren vender.
Lo cierto es que me bajo del este Ford Fiesta 1.1 Ghia con una sonrisa de oreja a oreja, lamentado que se acabe la jornada de ¿trabajo? Es un coche redondo y no cuesta entender el por qué de su arrollador éxito, que marco el inicio de la larga trayectoria que ya hemos contado. Quien más quien menos recuerda el “Forito” de algún familiar o conocido, en mi caso el de Daniel, padre un amigo del mismo nombre que además era de este color verde.
Una carretera comarcal y poco tráfico, el entorno ideal del Fiesta 1.1 Ghia. Fotografías de Jesús María Izquierdo.
Por suerte, aún es posible encontrar algunas buenas unidades, aunque no es un coche que haya llamado la atención en exceso a los coleccionistas en comparación, por ejemplo, con el Renault 5. Su suerte ha sido más pareja a la de los SEAT 127, que ha caído en un discreto segundo plano, aunque todo el mundo recuerde a ambos coches con mucho cariño.
A LOS MANDOS DEL FIESTA MKVIII
En comparación con su ancestro, el modelo actual está a otro nivel. El interior es un derroche de tecnología, tal y como exigen las modas actuales. Todo está pensado para facilitar la vida al conductor, aunque en ocasiones haya un exceso de información y de posibilidades de personalización. Con todo, se agradece la climatización analógica o una pantalla multimedia que está en una posición elevada para que no tengamos que desviar en exceso la vista de la carretera.
El tacto general del coche es un poco duro, acorde con su espíritu deportivo, con una puesta a punto del chasis excelente. Éste es un aspecto en el que Ford nunca falla. Contribuyen a ello las ruedas de 17 pulgadas de perfil bajo. La mecánica de 3 cilindros es un poco más ruidosa de lo que sería una de 4, por ejemplo, pero resulta muy agradable de usar. He tenido la oportunidad de probarla en otros modelos de la marca y, personalmente, me gusta mucho. Sé que a muchos quizá no os convenza, os recomiendo que le deis una oportunidad.
Por supuesto, los acabados y materiales son muy buenos, en este caso con el correspondiente toque deportivo ST-Line. La postura de conducción es excelente y los asientos recogen el cuerpo muy bien. Una vez en marcha, se notan las suspensiones más duras que restan un poco de confort, aunque, a cambio, nos darán un plus cuando entremos en carretera revirada. Podemos elegir entre los modos de conducción Eco, Normal y Sport, en función de la carretera o incluso de nuestro estado de ánimo.
En ciudad, es un poco incómodo pasar por resaltes y baches, pero en general se desenvuelve como mucha soltura. Es algo lógico, dado su tamaño. Gracias a su etiqueta ECO, podemos olvidarnos casi de cualquier restricción a la circulación. Por cierto, el sistema eléctrico se deja notar en ocasiones a la hora de recargar.
CORRE Y MUCHO
En autovía podemos hacer cruceros a muy buen ritmo, aunque es el terreno revirado donde más permite disfrutar. No llega a ser la versión ST de 200 CV, pero los 155 CV de nuestro protagonista dan para mucho. Aquí conectamos el modo Sport y comienza la verdadera diversión. Anda como un demonio y gira y frena por encima de lo que dicta la lógica.
La puesta a punto del chasis de Fiesta MKVII es excelente. Fotografías de Jesús María Izquierdo.
Es aquí donde más se nota la diferencia con su predecesor, y no sólo por las prestaciones, sino por las múltiples personalidades que adopta. La moderna tecnología y los modos de conducción permiten que el Ford Fiesta moderno sea un 3 en 1. En modo Eco es un modelo ahorrador; en modo Normal, un verdadero tragamillas, y, en modo Sport, es un pequeño deportivo que permite veleidades por encima de lo podríamos pensar.
Es una pena pensar que un modelo así tenga que desaparecer por la dichosa manía de los SUV que, además, son todo lo contrario a la ecología que nos quieren vender. Doctores tiene la Iglesia, quien esto escribe no entiende nada, desde luego.
CONCLUSIÓN
Sólo podemos terminar con una frase: se acabó la Fiesta. Próximamente, también el Focus dejará el mercado. Quizá la denominación Fiesta se recupere en el futuro, como ya se hizo con la de Puma, pero ya no será lo mismo.
Ford ha vendido más de 22 millones de unidades del Fiesta a lo largo de los años. Fotografías de Jesús María Izquierdo.
Por el camino, nos queda una sucesión de fantásticos utilitarios que nacieron en Valencia para expandirse por todo el mundo. Fue bonito mientras duró.
Fotografías de Jesús María Izquierdo
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
Ford Fiesta 1.1 Ghia Ford Fiesta 5p ST-Line X 1.0 EcoBoost MHEV 155 CV
Motor Delantero transversal Delantero transversal
Cilindrada 1.117 cm3 998 cm3
Cilindros 4 en línea 3 en línea
Diámetro x carrera 74 x 65 mm 71,9 x 82 mm
Potencia máxima 53 CV/5.700 rpm (DIN) 155 CV a 6.000 rpm
Par máximo 8,2 mkg/3.000 rpm 220 Nm a 3.000 rpm
Alimentación Carburador Ford monocuerpo vertical Inyección directa, turbo, intercooler
Compresión 9,0:1 10,0:1
Combustible Gasolina Gasolina
Motor eléctrico – Delantero transversal de 16 CV. 48 V
Batería – Acumulador de iones de litio. 0,38 kWh
Tracción Delantera Delantera
Caja de cambios Manual de cuatro velocidades Manual de seis velocidades
Chasis Monocasco autoportante Monocasco autoportante
Suspensión delantera Independiente McPherson, muelles y amortiguadores Independiente McPherson, muelles y amortiguadores
Suspensión trasera Eje rígido y barra Panhand, muelles y amortiguadores Independiente, rueda tirada con elemento torsional, muelles y amortiguadores
Dirección Cremallera Cremallera asistida
Frenos Discos (del.), tambores (tras.) Discos ventilados de 262 mm (del.), discos de 253 mm (tras.)
Longitud/anchura/altura 3.565/1.567/1.314 mm 4.069/1.735/1.484 mm
Vías 1.334/1.321 mm 1.508/1.471 mm
Batalla 2.286 mm 2.493 mm
Peso 730 kg 1.213 kg
Llantas 4,5 x 12” (chapa) 7 x 17 (aleación)
Neumáticos 145 SR-12 205/45 R17
Depósito 34 litros 42 litros
Promedio 8,1 l/100 km 5 l/100 km
0-100 km/h 16,1 s 8,9 s
Velocidad máxima 145 km/h 219 km/h
Rel. peso/potencia 7,77 kg/CV 7,82 kg/CV
Año de presentación 1976 2018
Años de producción 1976 – 1983 2018 – 2023
Año unidad probada 1981 2022
Cotización/precio Valor sentimental 20.004 euro