Aquí no puede faltar Michel Vaillant
Michel Vaillant: Una obra maestra del cómic europeo
«Desde siempre, el personaje de
Michel Vaillant me ha fascinado».
Alain Prost.
Michel Vaillant es mucho más que un simple cómic brillantemente ilustrado, se trata de una pasión que logró mantenerse vigente durante 50 años.
Una obra cuyo suceso internacional trascendió el campo de la historieta y generó que muchísimos pilotos profesionales de la Fórmula 1, como Prost, descubrieran su vocación por el automovilismo al disfrutar de chicos las aventuras de este personaje.
A lo largo de mi vida pocas veces me encontré con una propuesta tan adictiva como esta donde se termina por generar un cariño tan especial por estos personajes como si se trataran de personas reales.
En la siguientes líneas voy a fundamentar las razones por las cuales esta colección francesa califica como una auténtica obra maestra.
Más allá de lo que generó en el mundo real de la Fórmula 1, que no es un dato menor, a nivel artístico el trabajo de ese genio llamado Jean Graton superó con su contenido a muchas otras propuestas de aventuras del cómic europeo.
Mi primer encuentro con el arte de Graton lo tuve cuando tenía 12 años a través de la historieta de Julie Wood, que narraba las aventuras de una piloto de carreras de motos. Un tema que merece una nota aparte sobre todo porque fue muy loco como llegaron a mis manos esas revistas.
Un tiempo después descubrí a Vaillant y me sumé a sus seguidores.
Michel es un personaje que Graton creó en 1957 con un concepto muy sencillo.
La propuesta presentaba la vida de un corredor de la Fórmula 1.
En un principio las historias eran muy cortitas y aparecían como complemento de la revista de Tintín. Sin embargo el suceso en los lectores fue tan grande que en 1959 se empezó a editar la colección propia de Michel.
Así fue que se publicó el primero tomo,
El gran desafío, donde se presentaba en detalle a los protagonistas.
Una trama cuya primera carrera tenía lugar en el circuito de Buenos Aires, ya que por aquellos días la Fórmula 1 se desarrollaba también en nuestro país y Juan Manuel Fangio era prácticamente Dios para este mundo deportivo.
Michel Vaillant era el hijo menor de una familia de clase acomodada que se dedicaba a la producción de autos y tenía su propia escudería en el autovilismo de alta competición.
El equipo estaba liderado por el patriarca Henri Vaillant, quien había hecho su fortuna con mucho esfuerzo y trabajo. Comenzó como mecánico, luego fue piloto profesional y después terminó gestando su propia empresa.
Un hombre que educó a sus hijos con mucha disciplina y solía tener un fuerte carácter.
Jean Pierre era el hermano mayor de Michel, quien en los primeros
cómics colaboraba como el compañero del protagonista en las carreras, pero luego se retiraba de las pistas para dedicarse al manejo de la empresa familiar. Su labor después termina siendo la del manager principal de la escudería Vaillant.
Algo que siempre me irritó (como a muchos otros fans) del personaje de Michel en la primera etapa de la revista es que era un sujeto extremadamente puro y correcto.
Siempre obedecía a su padre, era un excelente deportista, muy educado en sus modales y solía seguir las reglas que le imponía su familia.
Por ese motivo el personaje más querido de este cómic resultó el mejor amigo de Michel, el piloto norteamericano Steve Warson.
Un playboy putañero que tomaba alcohol, fumaba, se agarraba a las piñas con otros corredores y era un tipo intrépido en las pistas.
Lo loco es que Warson décadas después tuvo su encarnación en la vida real con el piloto James Hunt, quien se comportaba como este antihéroe del cómic.
Steve era la antítesis de Michel y por eso generaba tanto atractivo entre los lectores, debido a la buena dupla que formaban juntos.
El gringo luego sentaba cabeza y abandonaba la vida nocturna cuando se enamoraba de Julie Wood, personaje que después se terminó incorporando a esta colección.
Lo maravilloso de la propuesta de Jean Graton fue el extremo realismo con el que desarrolló todas estas historias.
Este cómic se destacó por dos elementos muy importantes que generaron que sobresaliera frente a otra propuestas.
En primer lugar la profunda investigación que el autor presentaba sobre el ambiente de la Fórmula 1.
Las historias de Michel se desarrollaban en el mundo real y el protagonista competía junto a pilotos famosos. Por ejemplo, en el primero tomo aparece y se lo menciona varias veces a Fangio.
Todo los detalles con los que se describía el funcionamiento de una escudería de alta competición y las internas de las carreras era apasionante. El autor, que luego se convirtió en una celebridad en el mundo del automovilismo, solía ir a estos eventos y tomaba notas sobre el diseño de los autos y el desarrollo de las competencias que luego plasmaba en su trabajo.
Graton lograba que te engancharas por completo con este mundo deportivo y sobre todo que comprendieras por qué despertaba tanta pasión en la gente que forma parte de este ambiente.
Obviamente, como esto no era una publicación periodística, las historias tenían mucho contenido de acción, misterio y aventuras, donde los villanos principales estaban representados por los muchachos de la escudería Leader.
Ellos eran los principales rivales de Vaillant que siempre estaban metidos en negocios sucios o trataban de hacer trampa en las competiciones.
Otro elemento clave fueron las escalofriantes ilustraciones realistas del autor con las que Michele Vaillant impactó en la industria del cómic.
Cada viñeta era una soberbia obra de arte donde podías pasarte varios minutos a veces disfrutando todos los detalles que presentaban los dibujos.
Desde los escenarios, que eran calcados de lugares reales, hasta el diseño de los autos y las vestimentas de los personajes principales y secundarios.
Ni hablar de las secuencias de las carreras que como lector te hipnotizaban por completo frente a la revista. Ningún otro artista de cómic pudo trasladar en un dibujo el suspenso y la adrenalina de una carrera de autos como lo hizo Jean Graton.
También jugó un papel fundamental el lenguaje tan especial con el que narraba las historias.
En este punto yo encuentro una similitud con el estilo de Stan Lee por la manera directa en la que se comunicaba con los lectores.
Otro aspecto interesante es que Michel, más allá de la Fórmula 1, participaba también de distintas competencias como NASCAR, las 24 Horas de Le Mans o el rally Paris-Dakar sobre las que Graton brindaba muchísima información.
Cada cómic era distinto y no siempre Vaillant era el protagonista. Debido a la popularidad de Steve Warson hubo varios
cómics donde los conflictos giraban en torno a este personaje.
Algo alucinante de esta colección es que hoy las revistas son auténticas máquinas del tiempo.
Si vos querés ver saber como era la cultura popular y la manera en que fue evolucionando el automovilismo de competición en las últimas décadas, estos
cómics son brillantes documentos que registraron la realidad de aquellos días.
No en vano el trabajo de Graton fue tan elogiado por corredores famosos y personalidades como Henry Ford II y Enzo Ferrari. Inclusive en el circuito Zolder, en Belgica, el edificio más grande de ese lugar lleva el nombre de
Michel Vaillant Club.
En lo personal mis historias favoritas de Michel tienen lugar en las décadas del ´70 y ´80 que comprenden los tomos del número 17 al 52 de esta colección.
En esas aventuras Vaillant compite con Nicki Lauda, James Hunt, Prost y Senna y los conflictos son geniales.
También aparecieron otros corredores famosos como Didier Pieroni, que directamente es amigo de Michel, Éric Bernard, Réne Arnoux, Jacky Ickx, legendario piloto que ganó seis veces las 24 Horas de Le Mans, y más recientemente el cómic incluyó también a su hija, Vanina Ickx, quien heredó la vocación del padre.
Es importante destacar que a partir de esta etapa el arte de la serie evoluciona muchísimo debido a que Graton empezó a trabajar con colaboradores.
Las diferencias con los primeros
cómics son abismales.
En este período que va entre los ´70 y fines de los ´80 toda la labor de las ilustraciones se dividió en equipos.
Christian Lippens pasó a encargarse especialmente de la ambientación y los escenarios, Guillaume López (quien fue corredor profesional) se encargó de los autos, Juan Castilla del color y Jean Graton de los personajes.
Al tener un artista dedicado para cada aspecto de los dibujos el cómic elevó notablemente su nivel.
Si bien, como ocurre con la gran mayoría de los personajes de historieta, Michel y sus amigos casi no envejecieron físicamente con el paso del tiempo, el personaje principal se volvió más maduro y dejó la personalidad de ñoño que tenía en las primeras historias.
En internet pueden encontrar muchos
cómics para disfrutar esta genialidad de la producción europea.
Una auténtica obra maestra del cómic que tenés que conocer si sos fan de este arte. Les aseguro que es una de las mejores historietas que van a disfrutar en tu vida, salvo que no te gusten lo autos ni las carreras.
El último tomo de
Michel Vaillant se publicó en el 2007 con el que se cerró esta gloriosa colección después de 50 años.
En el 2003 se estrenó la película del personaje con Diane Krueger en el rol de Julie Wood y si bien fue entretenida estaba vagamente basado en la historieta.
Lo mejor fueron las secuencias automovilísticas filmadas durante la carrera de Le Mans del 2002.