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Carreras de coches clandestinas y apuestas en el Wanda Metropolitano
Las carreras entre vehículos son difundidas enseguida en internet
Los participantes apuestan hasta 200 euros y llevan neveras con alcohol
Fast and Furious en el Wanda. Los amplios aparcamientos del nuevo estadio Metropolitano del Atlético de Madrid en San Blas se transforman por la noche durante los fines de semana en una pista de carreras clandestinas y de maniobras arriesgadas de vehículos. Los asistentes graban a los coches corriendo en paralelo, los zigzags, trompos y derrapes y los difunden en las redes sociales. Los vecinos denuncian que hay apuestas entre los participantes y que además hay jóvenes que se juegan la vida subidos encima de los automóviles.
La Policía Municipal ya investiga estas situaciones de riesgo y ha comenzado a realizar controles de vehículos para impedir estas carreras ilegales. Uno de los infractores fue localizado por los agentes e imputado días después. Se puede enfrentar hasta a dos años de prisión.
Pese a que las viviendas más cercanas al estadio distan casi un kilómetro y medio, los vecinos enseguida empezaron a escuchar de madrugada a finales de marzo el derrape de los coches, la música electrónica y los gritos.
«Se pasan tres o cuatro horas apostando con las carreras clandestinas e incluso se llevan neveras repletas de alcohol para beber durante la madrugada», cuenta uno de los vecinos de la calle de Mónaco, en el barrio de Las Rosas. El camarero de un negocio cercano asegura que los chavales llegan a jugarse hasta un máximo de 200 euros y que puede haber hasta 30 jóvenes apostando. Desde la Asociación de Vecinos de Las Rosas también se ha pedido a la Policía Municipal que intervenga.
Subido en el techo
Los vídeos de estas carreras ilegales ya han circulado por las redes sociales. En uno de ellos se aprecia como un joven se sube al techo de un vehículo y se agarra a las barras laterales del coche mientras el vehículo circula a toda velocidad por el aparcamiento.
La Policía Municipal ha logrado identificar el vehículo gracias a uno de los vídeosdivulgado por un grupo de Whatsapp e imputar al conductor por un presunto delito contra la seguridad vial por conducción temeraria. Se trataba del conductor de un Audi A6 que es propiedad de su madre y que está domiciliado en Collado Villalba.
Los posibles delitos a los que se enfrentan estos conductores son recogidos en el artículo 380 del Código Penal: conducir vehículo a motor con temeridad manifiesta poniendo en concreto peligro la vida o integridad física de las personas. Estas acciones pueden acarrear dos años de prisión y retirada de permiso de conducir de uno a seis años. En el caso de que exista manifiesto desprecio por la vida de los demás, de dos a cinco años de prisión y retirada del permiso de conducir de seis a 10 años.
Víctor Martínez, portavoz de CSIF en la Policía Municipal, dice que incluso los organizadores de estas carreras tienen su propio servicio de contravigilancia para avisarse en el caso de que vean a los agentes. «La situación es complicada y la actuación policial es difícil y lo peor es que hemos llegado a ver hasta padres con sus hijos y con coches de gran cilindrada». «El problema es que de noche hay pocas patrullas de la Policía y la falta de medios nos condiciona», añadió.
Las carreras entre vehículos son difundidas enseguida en internet
Los participantes apuestan hasta 200 euros y llevan neveras con alcohol
Fast and Furious en el Wanda. Los amplios aparcamientos del nuevo estadio Metropolitano del Atlético de Madrid en San Blas se transforman por la noche durante los fines de semana en una pista de carreras clandestinas y de maniobras arriesgadas de vehículos. Los asistentes graban a los coches corriendo en paralelo, los zigzags, trompos y derrapes y los difunden en las redes sociales. Los vecinos denuncian que hay apuestas entre los participantes y que además hay jóvenes que se juegan la vida subidos encima de los automóviles.
La Policía Municipal ya investiga estas situaciones de riesgo y ha comenzado a realizar controles de vehículos para impedir estas carreras ilegales. Uno de los infractores fue localizado por los agentes e imputado días después. Se puede enfrentar hasta a dos años de prisión.
Pese a que las viviendas más cercanas al estadio distan casi un kilómetro y medio, los vecinos enseguida empezaron a escuchar de madrugada a finales de marzo el derrape de los coches, la música electrónica y los gritos.
«Se pasan tres o cuatro horas apostando con las carreras clandestinas e incluso se llevan neveras repletas de alcohol para beber durante la madrugada», cuenta uno de los vecinos de la calle de Mónaco, en el barrio de Las Rosas. El camarero de un negocio cercano asegura que los chavales llegan a jugarse hasta un máximo de 200 euros y que puede haber hasta 30 jóvenes apostando. Desde la Asociación de Vecinos de Las Rosas también se ha pedido a la Policía Municipal que intervenga.
Subido en el techo
Los vídeos de estas carreras ilegales ya han circulado por las redes sociales. En uno de ellos se aprecia como un joven se sube al techo de un vehículo y se agarra a las barras laterales del coche mientras el vehículo circula a toda velocidad por el aparcamiento.
La Policía Municipal ha logrado identificar el vehículo gracias a uno de los vídeosdivulgado por un grupo de Whatsapp e imputar al conductor por un presunto delito contra la seguridad vial por conducción temeraria. Se trataba del conductor de un Audi A6 que es propiedad de su madre y que está domiciliado en Collado Villalba.
Los posibles delitos a los que se enfrentan estos conductores son recogidos en el artículo 380 del Código Penal: conducir vehículo a motor con temeridad manifiesta poniendo en concreto peligro la vida o integridad física de las personas. Estas acciones pueden acarrear dos años de prisión y retirada de permiso de conducir de uno a seis años. En el caso de que exista manifiesto desprecio por la vida de los demás, de dos a cinco años de prisión y retirada del permiso de conducir de seis a 10 años.
Víctor Martínez, portavoz de CSIF en la Policía Municipal, dice que incluso los organizadores de estas carreras tienen su propio servicio de contravigilancia para avisarse en el caso de que vean a los agentes. «La situación es complicada y la actuación policial es difícil y lo peor es que hemos llegado a ver hasta padres con sus hijos y con coches de gran cilindrada». «El problema es que de noche hay pocas patrullas de la Policía y la falta de medios nos condiciona», añadió.
