y un llavero ......Por aquí hay quien pide a gritos: help me, I need una güena hossssstia.







Pero no en la espalda. En la p*lla.Por aquí hay quien pide a gritos: help me, I need una güena hossssstia.
@Guancho estas haciendo mucho daño con tus post.....
El actor, político y culturista fue atacado por la espalda en durante un acto en un pabellón polideportivo en Sudáfrica. El atacante fue reducido al instante mientras gritaba "¡necesito un Lamborghini!".
la virgen como esta la peña![]()
Ghi se pronuncia gui.
En el único sitio del Planeta Tierra que se dice yini es en Ex-paña
Aquí saprecia:
Dos iconos, pero sin nada que ver.V12 plano.![]()
Y yo preocupao.Yo tengo la EGB, cinco títulos universitarios y sigo escuchando "Lamboryini", pero oye que en Italia en lo que menos me fijo es en los coches.
Ahora existe el hombre blandengue.
Eléctricos, tricilindricos, patinetes...
Ahora existe el hombre blandengue.
Eléctricos, tricilindricos, patinetes...
Y una etiqueta de anís del mono.Yo tengo la EGB, cinco títulos universitarios y sigo escuchando "Lamboryini", pero oye que en Italia en lo que menos me fijo es en los coches.
Y una etiqueta de anís del mono.

De Michigan.

Joer, a mí me encanta el Testarossa. Como tantos otros de esa época.Dos iconos, pero sin nada que ver.
Así como (creo que) el Countach es un fiel reflejo de los principios y filosofía de Lamborghini. El TestaRossa, aunque elevado al estrellato, no es santo de mi devoción (lo cual tampoco es que signifique nada) ni creo que refleje la esencia de Ferrari salvo por su motor.
Me gusta más, y me parece más Ferrari el 512BB.(el antecesor del TestaRossa y del 512TR)
Dicho esto, no cabe duda de que son dos máquinas superlativas.
La primera vez que vi ese coche me quedé patidifuso, también. Hace poco me llamó su dueño. De Sevilla. Ya no lo tiene. Es muy mayor. Hablamos un rato y le conté la anécdota.Joer, a mí me encanta el Testarossa. Como tantos otros de esa época.
No me extraña. El lateral de ese coche lo tengo grabado a fuego.La primera vez que vi ese coche me quedé patidifuso, también. Hace poco me llamó su dueño. De Sevilla. Ya no lo tiene. Es muy mayor. Hablamos un rato y le conté la anécdota.