Conduje uno durante bastante tiempo, era de mi novia y al casarnos, allá por el 87

, fue el coche de casa, hasta la llegada del Kadett GSi, menudo cambio experimenté.
Era un coche duro y que vino a revolucionar el mundo de los utilitarios en España.
Aportó amplitud, comodidad, empaque y puso las pilas al resto de marcas para no quedarse atrás.
El nuestro era el Bravo, una versión que salió, con algo más de equipamiento y mejor acabado, con algo más de rueda y la verdad es que era un coche muy agradable y fiable.