SEAT LEÓN 1.9 TDI 150 CV (1M)
Lo más deportivo en diésel antes de la aparición de los FR
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Puesto en circulación en 1999, el
SEAT León, la primera generación del SEAT León, podríamos considerarlo ya todo un coche clásico, aunque el hecho de ver tantas unidades por las calles frena esa sensación de clásico y le imprime más la de “coche viejo”. No obstante, ¿qué necesita un coche clásico para ser, precisamente, clásico?
El SEAT León 1M se vendió como pan caliente desde el primer momento de su lanzamiento, y no era un coche barato. Sencillamente, SEAT dio en el clavo con ese modelo, tanto por diseño, como por planteamiento, tacto y gama de motores. Un trabajo bien hecho, que hasta el año 2005 no paró de dar a SEAT toda clase de satisfacciones. Y se detuvo su producción porque la segunda generación ya estaba lista y porque el coche, al fin y al cabo, se había quedado “viejo”.
Uno de los detalles más interesantes de la gama León de aquellos años, es que no tardó gran cosa en tener versiones potentes, como el
SEAT León 1.9 TDI 150 CV con acabado Sport, cuyas primeras unidades comenzaron a llegar a finales de del mes de febrero de 2001, que también se acompañó del ya igualmente mítico 1.8 20vt de 180 CV.
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El motor 1.9 TDI, quizá uno de los propulsores más famosos de los últimos 30 años –puede que incluso más–, era la única opción diésel que había en la gama de la primera generación del León. El caso es que Volkswagen supo hacer magia con ese motor y se ofrecía en varias versiones. La primera, un atmosférico de 68 CV, pero llegó a dar 160 CV en el SEAT Ibiza Cupra TDI –en España, fuera si lo hizo–. En el caso del León, la gama turbodiésel comenzaba en los 90 CV, y terminaba en los 150 CV del Sport, que luego pasó a ser el León FR TDI.
Básicamente, era el mismo motor del Volkswagen Golf TDI 150, un cuatro cilindros de 1.896 centímetros cúbicos, dos válvulas por cilindro con un solo árbol de levas en cabeza, inyección por bomba inyector, turbo de geometría variable –con presión máxima de nada menos que 2,5 bares– e intercooler. Rendía 150 CV a 4.000 revoluciones y 320 Nm de par a 1.900 revoluciones. Suficientes para lanzar los 1.376 kilos que pesaba el conjunto hasta los 215 km/h y gastar, solamente, 5,3 litros cada 100 kilómetros.
No vamos a decir que sean cifras exactas de consumo, pues en aquellos años las mediciones no eran como ahora y, quizá, haya un poco de optimismo. Aunque hay algo que nadie podrá cambiar: las prestaciones del SEAT León 1.9 TDI 150 CV, que fueron de primerísimo nivel, aunque también es justo reconocer que todo modelo que montaba aquel motor, se convertía casi por arte de magia en una referencia.
El TDI de 150 CV convirtió al SEAT León en uno de los coches a batir, y no solo por prestaciones. El bloque TDI se hizo famoso también por ser algo áspero y poco refinado, los rivales no solo buscaron prestaciones, sino mejorar al motor de Volkswagen en agrado de uso.
No estuvo mucho tiempo en el mercado. El León 1.9 TDI de 150 CV dejó las tiendas en el año 2002.