Buenas tardes amiguitos.
Pues absolutamente contra todo pronóstico y todavía sin ser plenamente consciente de haber dado el paso, vuelvo a tener como coche de familia un “BMW”.
El caso es que todo este tiempo metido en casa (3 meses en la cabeza de un autónomo dan para mucho) me ha hecho plantearme muchas cosas, y entre ellas lo que necesito y lo que no y también, gracias al consejo que me dio un querido amigo del FAQ cuando cambié la moto hace un par de años, intentar poner cosas en tu vida que te transmitan algún tipo de sensación e intentar huir de las cosas “planas”.
Con todo este revoltijo de ideas en la cabeza, unido a los cambios que esta p*ta pandemia ha provocado en mi actividad laboral, según iban pasando las semanas tenía cada vez más claro que el León ST, que entró en casa hace ahora algo más de dos años, podía tener los días más o menos contados si las cosas cuadraban. Por un lado, con unas hijas de 16 y 19 años que, por sus obligaciones de estudios, amigos, viajes, etc… ocupan cada vez menos los asientos traseros y por otro que, por temas de trabajo, hay días que apenas uso el coche en favor de la furgoneta (y esto va a ser así para una larga temporada), hicieron plantearme cada vez con más fuerza que tal vez era el momento de intentarlo. Lo primero por los motivos de espacio antes mencionados, y en segundo lugar porque el León, aún siendo un coche plenamente válido y una referencia en su segmento, no había podido hacerme olvidar mi viejo E53 y su incansable L6, aún con sus casi 400.000 kms. a sus espaldas y que tuvo de irse de casa por no disponer de una puñetera pegatina. Así que, teniendo en cuenta que en breve me tocaría ponerme a buscar algún coche de primer precio para mi hija mayor y que, como decía antes, el León si pero no, decidí que tal vez era mucha mejor opción largar el ST, conservar en casa el 118d que apenas tiene 140.000 kms. a sus 16 años (plenamente válido por otra parte como primer coche para mi hija), y buscar algo de tamaño más contenido que el Seat para que hiciese las labores de coche de familia, que se convirtiera en el de diario de mi costi y que no le costase la vida misma aparcar en las inmediaciones de su curro.
Así que, con todo esto metido en la coctelera, las vacaciones de verano de por medio y teniendo en cuenta que los alemanes, que están completamente locos y no tienen ni p*ta idea de economía doméstica, no se les ocurre otra cosa para reactivarla que bajar el IVA un 3%, me puse a peinar las opciones que Premium Selection/Mini Next me podía ofrecer. Tenía claro que el presupuesto no debería dispararse mucho sobre lo que pudiera obtener por la venta de mi coche, ya que la cosa está como está y no me planteaba ni por el forro comprometer una cantidad importante de pasta en hacer el cambio. Otra cosa que tenía clara era que sería un coche compacto, con cierto toque dinámico y que me transmitiera realmente algo, ya fuera por estética, motor, dinamismo o por todo ello junto a ser posible. Por último, y debido a que iba a ser mi primera incursión en el mercado alemán, era de obligado cumplimiento tanto que proviniera de conce oficial, como que contase con garantía de 2 años.
Ahora ya sólo faltaba esperar a que el candidato o candidatos fueran asomando la patita e ir haciendo la criba. Las opciones, como podéis suponer, se centraban fundamentalmente en Serie 1, Serie 2 o algún Mini. Para mí el coche ideal hubiera sido un F31 330/335I (ahí no me hubiese importado arrimar algo más de pasta
), pero por tamaño se escapaba absolutamente de todo el razonamiento anterior (eso y que mi mujer no me hubiese dejado
).
Mis primeras búsquedas se centraron fundamentalmente en F20´s, con motor de gasolina de 4 cilindros (120/125i), cambio automático y un equipamiento en el que no debían faltar faros led, navegador, asientos deportivos y ya, por rizar el rizo, techo solar. Deciros que empecé a visitar bmw.de allá por primeros del mes de agosto y algunos días era brutal al ritmo que desaparecían los coches. En algunos casos en apenas horas ya era imposible reservarlos porque literalmente volaban (lo dicho, los alemanes de números ni p*ta idea). Toda vez que vi que, a pesar de la bestial oferta de coches que hay allí, no terminaba de encontrar la unidad perfecta, unido a que recientemente otro grandísimo amigo del FAQ había vuelto al mundo Mini por esta misma vía, me dio por ampliar mi búsqueda e incluir mini.de entre las webs a taladrar de forma diaria. Por un lado, me llamaba mucho la atención tener el último serie 1 de propulsión y con un motor de gasolina que rondase o superase los 200 cv., pero también es muy cierto que en casa teníamos una espinita clavada con Mini, ya que nuestro querido Cooper S R53 apenas estuvo un año con nosotros y mi mujer (y mi gasolinero) se acordaban de él día si día también. En aquella época, sus exiguas 4 plazas (sobre todo atrás) y su forma compulsiva de beber gasolina como una mona borracha, dificultaron en parte que se quedase más tiempo con nosotros.
Llegados a este punto, y teniendo en cuenta también que quería que este cambio sirviera como un pequeño guiño a mi mujer, que durante todos estos meses de pandemia ha estado currando como una jabata, sin faltar un solo día y, sobre todo en los momentos iniciales, sin disponer de los medios de protección adecuados, empecé a centrar mis esfuerzos en encontrar un Mini que cumpliera con todo lo que estábamos buscando. El 3 puertas quedaba automáticamente descartado ya que debía ser un coche utilizable aunque fuera de forma muy puntual como coche de familia, más aún teniendo en cuenta que vivo con tres mujeres y han sido capaces (varias veces) de tabicarme el maletero del X5 para irnos simplemente a pasar el fin de semana fuera… Y cuando hablo de tabicar es hasta la línea del techo, que tabicarlo sólo hasta la bandeja es de parguelas. Con respecto al 5 puertas más de lo mismo, ganaba la versatilidad de las puertas traseras, pero la capacidad de maletero me invitaba a pensar en problemas de logística desde el minuto 1. Descartado también. Ya sólo quedaban en la terna el Countryman y el Clubman. El Countryman no está mal, pero había un par de cosas que me echaban para atrás. Por un lado las unidades que estaban en “mi precio” eran R60 lo que suponía una menor longitud que se traducía en menos habitabilidad y maletero que sus homónimos de la serie F. Por otro, montaban el motor 1.6 en lugar del 2.0 y ya que me metía en el laberinto pues burro grande. Cierto es que vi algunas unidades con precios más que sugerentes y armados literalmente hasta los dientes, pero al final ahí quedó la cosa.
Con todos estos descartes, ya sólo quedaba una opción: El Clubman. Doy por hecho que es un modelo que no le gusta a todo el mundo. Su doble puerta trasera le hace cuando menos peculiar (y poco práctico en según qué circunstancias), pero a mí, lejos de resultar un hándicap, me parece que le da un punto de originalidad adicional al coche. Durante varios días ya sólo centro mi búsqueda en este modelo y me olvido de cualquier otro. Las premisas seguían siendo las mismas, dentro de mi presupuesto, preferiblemente motor de gasolina (aunque no indispensable) y con el equipamiento que mencioné al principio del ladrillo (intentaré sacar más adelante la versión audio-libro). Y llega el día en el que se me presentan 2 candidatos de golpe. Por un lado, un Cooper S 192 cv, manual, con apenas 40.000 kms. y con un equipamiento correcto, pero sin grandes concesiones al lujo. Y por otro, un Cooper SD All4 190 cv., automático de 8 velocidades, 70.000 kms. y con un equipamiento bastante más extenso. Viendo que ambos cumplen más que de sobra con lo que busco, me lanzo a consultar disponibilidad a sus respectivos conces. Tengo que decir que inicialmente sospechaba que iba a ser más viable la opción de que estuviera disponible el de gasolina (mayor precio y menor equipamiento que el SD que lo aproximaban a unidades más equipadas) que el diésel, pero finalmente fue todo lo contrario. Del Cooper S no tuve ningún tipo de respuesta por parte del conce, a pesar de que la recepcionista que me atendió el sábado casi al cierre me indicó que creía que si que estaba disponible y que me contactarían el lunes. No fue así. De hecho insistí el lunes y misma operativa, quedaron en darme respuesta y nada. Había volado. Así que todas mis esperanzas se centraban ya en el SD. Para mi sorpresa el lunes a primera hora de la mañana recibo un correo en el que me indican que si, que el coche está disponible y me facilitan toda la información solicitada. Además de eso me dan la opción de dejarme el coche reservado 24 horas para que decida si me cuadra o no. Visto que el S había volado, que los demás S´s se salían de lo que inicialmente me había marcado como tope y que, leyendo diferentes pruebas del SD, las opiniones eran bastante positivas, decidí tirarme al barro y formalizar la compra.
El proceso allí ha resultado bastante sencillo. He tenido la suerte de dar con un comercial muy comunicativo y dispuesto siempre a informar y ayudar, y eso quieras que no facilita mucho las cosas. Como yo de alemán ni papa, pues todas las comunicaciones por escrito y en inglés y cero problemas. Me ha resultado muy llamativo las diferencias a la hora de vender aquí y allí. En ningún caso te piden ninguna cantidad para formalizar la reserva. De hecho, cuando le confirmé mi intención de quedarme el coche, lo primero que le ofrecí fue eso y me dijo que no era necesario, que me harían llegar por correo electrónico el contrato de compra y con eso ya estaría. Como anécdota en cuanto a esto os diré que un vendedor de otro conce (en este caso BMW) en el que me interesé por un 120i, llegó a ofrecerme dejarme reservado el coche 3/4 semanas con tan solo la firma del contrato de compra, en lo que yo resolvía la venta del León. Ni un céntimo me pidió para hacerlo.
Y dicho y hecho. A los pocos minutos contrato de compra en el correo y ya sólo faltaba firmar y pagar. Tan pronto tuvieron el coche cobrado lo enviaron a pasar ITV y de ahí a taller para hacerle revisión, neumáticos nuevos, cambio de idioma, limpieza y pulido. A partir de ahí empieza el proceso de esperar a que las cosas fueran avanzando. Me hubiera encantando poder viajar a recoger el coche personalmente y hacer la experiencia completa de comprar allí, pero con todo esto que llevamos sufriendo desde marzo era de todo menos práctico organizar un viaje de esas características. Así que tocaba gestionar transporte para que hiciese la recogida allí y la entrega aquí. Como no podía ser de otra forma, y como suele pasar en este foro, he contado con la inestimable ayuda de dos amigos, qué digo amigos?, si son ya como de mi familia. Los conocéis de sobra porque siempre están ahí cuando se les necesita. No son otros que @agc y @Addictive Sound, Antonio y Rafa. Dos grandes foreros y mejores personas.
Pasaban los días y aparentemente estaba todo en marcha. Y digo aparentemente porque Correos (a medias entre la central de Madrid y mi cartero) tuvo a bien casi transformar este bonito relato en una novela de Stephen King. En cuanto el coche estuvo pagado y con la itv alemana pasada, el vendedor me envió toda la documentación del coche por correo certificado, facilitándome como es lógico el número de seguimiento. Durante los días siguientes estuve haciendo el tracking del envío hasta que algo empezó a no cuadrarme, ya que llevaba cerca de una semana sin cambiar de situación una vez que llegó a la delegación internacional en Madrid. Contacté con ellos un par de ocasiones y me decían que era normal, que el volumen de envíos era muy alto y que tenían que pasar determinados controles. El caso es que no me olía nada bien el tema y no me faltaba razón como poco después se demostró. Resulta que para empezar, alguien en el centro de clasificación de Madrid se olvidó de picar el envío en el sistema cuando salió de allí hacia mi oficina de Correos, perdiéndose por tanto la trazabilidad del mismo. De hecho, a día de hoy para Correos el sobre sigue allí. Para terminar de rizar el rizo el cartero se saltó todos los protocolos de entrega, ya que no la realizó en mano y tampoco dejó un aviso de recogida en oficina. Sospecho que lo dejó directamente en el buzón como si fuera una carta ordinaria, lo que a lo mejor no tendría excesiva importancia salvo por un pequeño detalle, no era el mío. De hecho, a día de hoy no tengo ni p*ta idea de dónde se entregó esa carta, ya que algún vecino me la dejó un domingo a las 7 de la tarde en mi casa, sin llamar al timbre y abierta. Por suerte no faltaba nada, pero no me quiero imaginar si esa carta cae en manos de algún vecino con el que no me lleve bien, o que se piense que es propaganda y la tire, o simplemente en alguna casa en la que no viva nadie actualmente. El coche ya estaba camino de España, con lo que me hubiese encontrado con un hermoso pisapapeles de 1.000 y pico kilos en casa y sin ningún tipo de documentación para matricularlo. Aún me entran sudores fríos sólo de pensarlo.
Por suerte todo acabó bien y, apenas unos días después, ya tenía todo preparado para terminar el papeleo. El coche ya estaba aquí, tenía documentación (de chiripa pero la tenía), tenía fecha para la itv de matriculación y también cita en Tráfico (que a día de hoy es casi como que te toque Euromillones). Podría haber derivado toda la gestión del papeleo a un profesional, pero me apetecía realizar todo el proceso entero, desde la búsqueda, la negociación, la compra y también el papeleo una vez aquí. Miré y remiré una y mil veces la web de la DGT, para no saltarme ningún paso que me obligase a pedir una nueva cita en Tráfico. No negaré que aún habiendo repasado todo el proceso varias veces, el día de la matriculación no las tenía todas conmigo. Tenía la sensación de que no podía ser que saliera todo a la primera. Así que cuando me toca el turno, empiezo a darle toda la documentación a la funcionaria y me suelta “creo que te falta un impuesto”, se me rilaron las piernas. Cogí aire y le contesté: “no te referirás al ITP?, porque yo he comprado a profesional, no a particular”, a lo que ella me dijo: “espera que miro la chuleta” mientras abría una carpeta llena de post it rosa fluorescente repletos de anotaciones. Por suerte su biblia de las chuletas me daba la razón y después de veinte minutos tecleando a dos dedos, salió de la impresora el ansiado permiso de circulación con mi nueva matrícula
.
Para los que hayáis llegado hasta aquí, gracias por el esfuerzo en leeros el ladrillo completo, más aún teniendo en cuenta que no hay ni una foto entre medias.
Ahora sí, “sin más dilatación”, el nuevo miembro de la familia.
P.D. Si alguien cree que puedo serle útil con cualquier información sobre el proceso de compra/matriculación, que no dude en consultarme y le ayudaré en todo lo que pueda.
Pues absolutamente contra todo pronóstico y todavía sin ser plenamente consciente de haber dado el paso, vuelvo a tener como coche de familia un “BMW”.
El caso es que todo este tiempo metido en casa (3 meses en la cabeza de un autónomo dan para mucho) me ha hecho plantearme muchas cosas, y entre ellas lo que necesito y lo que no y también, gracias al consejo que me dio un querido amigo del FAQ cuando cambié la moto hace un par de años, intentar poner cosas en tu vida que te transmitan algún tipo de sensación e intentar huir de las cosas “planas”.
Con todo este revoltijo de ideas en la cabeza, unido a los cambios que esta p*ta pandemia ha provocado en mi actividad laboral, según iban pasando las semanas tenía cada vez más claro que el León ST, que entró en casa hace ahora algo más de dos años, podía tener los días más o menos contados si las cosas cuadraban. Por un lado, con unas hijas de 16 y 19 años que, por sus obligaciones de estudios, amigos, viajes, etc… ocupan cada vez menos los asientos traseros y por otro que, por temas de trabajo, hay días que apenas uso el coche en favor de la furgoneta (y esto va a ser así para una larga temporada), hicieron plantearme cada vez con más fuerza que tal vez era el momento de intentarlo. Lo primero por los motivos de espacio antes mencionados, y en segundo lugar porque el León, aún siendo un coche plenamente válido y una referencia en su segmento, no había podido hacerme olvidar mi viejo E53 y su incansable L6, aún con sus casi 400.000 kms. a sus espaldas y que tuvo de irse de casa por no disponer de una puñetera pegatina. Así que, teniendo en cuenta que en breve me tocaría ponerme a buscar algún coche de primer precio para mi hija mayor y que, como decía antes, el León si pero no, decidí que tal vez era mucha mejor opción largar el ST, conservar en casa el 118d que apenas tiene 140.000 kms. a sus 16 años (plenamente válido por otra parte como primer coche para mi hija), y buscar algo de tamaño más contenido que el Seat para que hiciese las labores de coche de familia, que se convirtiera en el de diario de mi costi y que no le costase la vida misma aparcar en las inmediaciones de su curro.
Así que, con todo esto metido en la coctelera, las vacaciones de verano de por medio y teniendo en cuenta que los alemanes, que están completamente locos y no tienen ni p*ta idea de economía doméstica, no se les ocurre otra cosa para reactivarla que bajar el IVA un 3%, me puse a peinar las opciones que Premium Selection/Mini Next me podía ofrecer. Tenía claro que el presupuesto no debería dispararse mucho sobre lo que pudiera obtener por la venta de mi coche, ya que la cosa está como está y no me planteaba ni por el forro comprometer una cantidad importante de pasta en hacer el cambio. Otra cosa que tenía clara era que sería un coche compacto, con cierto toque dinámico y que me transmitiera realmente algo, ya fuera por estética, motor, dinamismo o por todo ello junto a ser posible. Por último, y debido a que iba a ser mi primera incursión en el mercado alemán, era de obligado cumplimiento tanto que proviniera de conce oficial, como que contase con garantía de 2 años.
Ahora ya sólo faltaba esperar a que el candidato o candidatos fueran asomando la patita e ir haciendo la criba. Las opciones, como podéis suponer, se centraban fundamentalmente en Serie 1, Serie 2 o algún Mini. Para mí el coche ideal hubiera sido un F31 330/335I (ahí no me hubiese importado arrimar algo más de pasta


Mis primeras búsquedas se centraron fundamentalmente en F20´s, con motor de gasolina de 4 cilindros (120/125i), cambio automático y un equipamiento en el que no debían faltar faros led, navegador, asientos deportivos y ya, por rizar el rizo, techo solar. Deciros que empecé a visitar bmw.de allá por primeros del mes de agosto y algunos días era brutal al ritmo que desaparecían los coches. En algunos casos en apenas horas ya era imposible reservarlos porque literalmente volaban (lo dicho, los alemanes de números ni p*ta idea). Toda vez que vi que, a pesar de la bestial oferta de coches que hay allí, no terminaba de encontrar la unidad perfecta, unido a que recientemente otro grandísimo amigo del FAQ había vuelto al mundo Mini por esta misma vía, me dio por ampliar mi búsqueda e incluir mini.de entre las webs a taladrar de forma diaria. Por un lado, me llamaba mucho la atención tener el último serie 1 de propulsión y con un motor de gasolina que rondase o superase los 200 cv., pero también es muy cierto que en casa teníamos una espinita clavada con Mini, ya que nuestro querido Cooper S R53 apenas estuvo un año con nosotros y mi mujer (y mi gasolinero) se acordaban de él día si día también. En aquella época, sus exiguas 4 plazas (sobre todo atrás) y su forma compulsiva de beber gasolina como una mona borracha, dificultaron en parte que se quedase más tiempo con nosotros.
Llegados a este punto, y teniendo en cuenta también que quería que este cambio sirviera como un pequeño guiño a mi mujer, que durante todos estos meses de pandemia ha estado currando como una jabata, sin faltar un solo día y, sobre todo en los momentos iniciales, sin disponer de los medios de protección adecuados, empecé a centrar mis esfuerzos en encontrar un Mini que cumpliera con todo lo que estábamos buscando. El 3 puertas quedaba automáticamente descartado ya que debía ser un coche utilizable aunque fuera de forma muy puntual como coche de familia, más aún teniendo en cuenta que vivo con tres mujeres y han sido capaces (varias veces) de tabicarme el maletero del X5 para irnos simplemente a pasar el fin de semana fuera… Y cuando hablo de tabicar es hasta la línea del techo, que tabicarlo sólo hasta la bandeja es de parguelas. Con respecto al 5 puertas más de lo mismo, ganaba la versatilidad de las puertas traseras, pero la capacidad de maletero me invitaba a pensar en problemas de logística desde el minuto 1. Descartado también. Ya sólo quedaban en la terna el Countryman y el Clubman. El Countryman no está mal, pero había un par de cosas que me echaban para atrás. Por un lado las unidades que estaban en “mi precio” eran R60 lo que suponía una menor longitud que se traducía en menos habitabilidad y maletero que sus homónimos de la serie F. Por otro, montaban el motor 1.6 en lugar del 2.0 y ya que me metía en el laberinto pues burro grande. Cierto es que vi algunas unidades con precios más que sugerentes y armados literalmente hasta los dientes, pero al final ahí quedó la cosa.
Con todos estos descartes, ya sólo quedaba una opción: El Clubman. Doy por hecho que es un modelo que no le gusta a todo el mundo. Su doble puerta trasera le hace cuando menos peculiar (y poco práctico en según qué circunstancias), pero a mí, lejos de resultar un hándicap, me parece que le da un punto de originalidad adicional al coche. Durante varios días ya sólo centro mi búsqueda en este modelo y me olvido de cualquier otro. Las premisas seguían siendo las mismas, dentro de mi presupuesto, preferiblemente motor de gasolina (aunque no indispensable) y con el equipamiento que mencioné al principio del ladrillo (intentaré sacar más adelante la versión audio-libro). Y llega el día en el que se me presentan 2 candidatos de golpe. Por un lado, un Cooper S 192 cv, manual, con apenas 40.000 kms. y con un equipamiento correcto, pero sin grandes concesiones al lujo. Y por otro, un Cooper SD All4 190 cv., automático de 8 velocidades, 70.000 kms. y con un equipamiento bastante más extenso. Viendo que ambos cumplen más que de sobra con lo que busco, me lanzo a consultar disponibilidad a sus respectivos conces. Tengo que decir que inicialmente sospechaba que iba a ser más viable la opción de que estuviera disponible el de gasolina (mayor precio y menor equipamiento que el SD que lo aproximaban a unidades más equipadas) que el diésel, pero finalmente fue todo lo contrario. Del Cooper S no tuve ningún tipo de respuesta por parte del conce, a pesar de que la recepcionista que me atendió el sábado casi al cierre me indicó que creía que si que estaba disponible y que me contactarían el lunes. No fue así. De hecho insistí el lunes y misma operativa, quedaron en darme respuesta y nada. Había volado. Así que todas mis esperanzas se centraban ya en el SD. Para mi sorpresa el lunes a primera hora de la mañana recibo un correo en el que me indican que si, que el coche está disponible y me facilitan toda la información solicitada. Además de eso me dan la opción de dejarme el coche reservado 24 horas para que decida si me cuadra o no. Visto que el S había volado, que los demás S´s se salían de lo que inicialmente me había marcado como tope y que, leyendo diferentes pruebas del SD, las opiniones eran bastante positivas, decidí tirarme al barro y formalizar la compra.
El proceso allí ha resultado bastante sencillo. He tenido la suerte de dar con un comercial muy comunicativo y dispuesto siempre a informar y ayudar, y eso quieras que no facilita mucho las cosas. Como yo de alemán ni papa, pues todas las comunicaciones por escrito y en inglés y cero problemas. Me ha resultado muy llamativo las diferencias a la hora de vender aquí y allí. En ningún caso te piden ninguna cantidad para formalizar la reserva. De hecho, cuando le confirmé mi intención de quedarme el coche, lo primero que le ofrecí fue eso y me dijo que no era necesario, que me harían llegar por correo electrónico el contrato de compra y con eso ya estaría. Como anécdota en cuanto a esto os diré que un vendedor de otro conce (en este caso BMW) en el que me interesé por un 120i, llegó a ofrecerme dejarme reservado el coche 3/4 semanas con tan solo la firma del contrato de compra, en lo que yo resolvía la venta del León. Ni un céntimo me pidió para hacerlo.
Y dicho y hecho. A los pocos minutos contrato de compra en el correo y ya sólo faltaba firmar y pagar. Tan pronto tuvieron el coche cobrado lo enviaron a pasar ITV y de ahí a taller para hacerle revisión, neumáticos nuevos, cambio de idioma, limpieza y pulido. A partir de ahí empieza el proceso de esperar a que las cosas fueran avanzando. Me hubiera encantando poder viajar a recoger el coche personalmente y hacer la experiencia completa de comprar allí, pero con todo esto que llevamos sufriendo desde marzo era de todo menos práctico organizar un viaje de esas características. Así que tocaba gestionar transporte para que hiciese la recogida allí y la entrega aquí. Como no podía ser de otra forma, y como suele pasar en este foro, he contado con la inestimable ayuda de dos amigos, qué digo amigos?, si son ya como de mi familia. Los conocéis de sobra porque siempre están ahí cuando se les necesita. No son otros que @agc y @Addictive Sound, Antonio y Rafa. Dos grandes foreros y mejores personas.
Pasaban los días y aparentemente estaba todo en marcha. Y digo aparentemente porque Correos (a medias entre la central de Madrid y mi cartero) tuvo a bien casi transformar este bonito relato en una novela de Stephen King. En cuanto el coche estuvo pagado y con la itv alemana pasada, el vendedor me envió toda la documentación del coche por correo certificado, facilitándome como es lógico el número de seguimiento. Durante los días siguientes estuve haciendo el tracking del envío hasta que algo empezó a no cuadrarme, ya que llevaba cerca de una semana sin cambiar de situación una vez que llegó a la delegación internacional en Madrid. Contacté con ellos un par de ocasiones y me decían que era normal, que el volumen de envíos era muy alto y que tenían que pasar determinados controles. El caso es que no me olía nada bien el tema y no me faltaba razón como poco después se demostró. Resulta que para empezar, alguien en el centro de clasificación de Madrid se olvidó de picar el envío en el sistema cuando salió de allí hacia mi oficina de Correos, perdiéndose por tanto la trazabilidad del mismo. De hecho, a día de hoy para Correos el sobre sigue allí. Para terminar de rizar el rizo el cartero se saltó todos los protocolos de entrega, ya que no la realizó en mano y tampoco dejó un aviso de recogida en oficina. Sospecho que lo dejó directamente en el buzón como si fuera una carta ordinaria, lo que a lo mejor no tendría excesiva importancia salvo por un pequeño detalle, no era el mío. De hecho, a día de hoy no tengo ni p*ta idea de dónde se entregó esa carta, ya que algún vecino me la dejó un domingo a las 7 de la tarde en mi casa, sin llamar al timbre y abierta. Por suerte no faltaba nada, pero no me quiero imaginar si esa carta cae en manos de algún vecino con el que no me lleve bien, o que se piense que es propaganda y la tire, o simplemente en alguna casa en la que no viva nadie actualmente. El coche ya estaba camino de España, con lo que me hubiese encontrado con un hermoso pisapapeles de 1.000 y pico kilos en casa y sin ningún tipo de documentación para matricularlo. Aún me entran sudores fríos sólo de pensarlo.
Por suerte todo acabó bien y, apenas unos días después, ya tenía todo preparado para terminar el papeleo. El coche ya estaba aquí, tenía documentación (de chiripa pero la tenía), tenía fecha para la itv de matriculación y también cita en Tráfico (que a día de hoy es casi como que te toque Euromillones). Podría haber derivado toda la gestión del papeleo a un profesional, pero me apetecía realizar todo el proceso entero, desde la búsqueda, la negociación, la compra y también el papeleo una vez aquí. Miré y remiré una y mil veces la web de la DGT, para no saltarme ningún paso que me obligase a pedir una nueva cita en Tráfico. No negaré que aún habiendo repasado todo el proceso varias veces, el día de la matriculación no las tenía todas conmigo. Tenía la sensación de que no podía ser que saliera todo a la primera. Así que cuando me toca el turno, empiezo a darle toda la documentación a la funcionaria y me suelta “creo que te falta un impuesto”, se me rilaron las piernas. Cogí aire y le contesté: “no te referirás al ITP?, porque yo he comprado a profesional, no a particular”, a lo que ella me dijo: “espera que miro la chuleta” mientras abría una carpeta llena de post it rosa fluorescente repletos de anotaciones. Por suerte su biblia de las chuletas me daba la razón y después de veinte minutos tecleando a dos dedos, salió de la impresora el ansiado permiso de circulación con mi nueva matrícula

Para los que hayáis llegado hasta aquí, gracias por el esfuerzo en leeros el ladrillo completo, más aún teniendo en cuenta que no hay ni una foto entre medias.
Ahora sí, “sin más dilatación”, el nuevo miembro de la familia.







P.D. Si alguien cree que puedo serle útil con cualquier información sobre el proceso de compra/matriculación, que no dude en consultarme y le ayudaré en todo lo que pueda.