Conductores de buses «retratan» a los que aparcan en las paradas
Tranvías publica fotografías en sus redes sociales de las «burradas» más graves que se topan en la ciudad
Hay paradas de bus donde lo que menos para es el bus. Algunas se han consolidado como aparcamiento y las hay que se han vuelto zona de carga y descarga. «En esta ciudad ya es costumbre utilizarlas para estacionar y cada vez es peor», lamenta un conductor de Tranvías, la profesión que más veces tiene que escuchar la manida frase «solo es un momentito».
El problema es gordo. Y como tal los usuarios y personal de la compañía de Tranvías de A Coruña llevan semanas publicando en las redes sociales fotografías de «las burradas» que se encuentran los buses y sus pasajeros en los trayectos por cualquier calle de la ciudad. «Porque ocurre en todas», advierte el mismo conductor.
Un compañero dice que bajar del bus urbano en bastantes paradas resulta una misión complicada para muchas madres y padres con carritos de bebés, e imposible, con frecuencia, parapersonas en silla de ruedas. Para el resto muchas veces tampoco es tarea fácil alcanzar la acera entre un mar de coches. Una buena parte de las paradas quedan cada día inutilizadas porque son empleadas como lugar de aparcamiento por conductores, un asunto que genera numerosas quejas entre los usuarios del transporte.
Pese a que «cada día la situación es peor», las sanciones por aparcar en zonas destinadas al transporte urbano descendieron en el 2018 casi a la mitad respecto al 2017. En aquel año fueron multados 968 conductores, mientras que el pasado fueron 577. No llega ni a dos al día.
Hay paradas que se respetan más que otras. «Las que se encuentran en vías con mucho comercio o ajetreo de gente, como en la plaza de Pontevedra, Cuatro Caminos, Ramón y Cajal o la zona centro en general suelen estar siempre ocupadas por vehículos», según un conductor. Hay una en la avenida del Ejército, a la altura de la ronda de Outeiro, que se la han tragado los coches. Literal.
Pero eso no es todo. Luego están los que aparcan en las esquinas «de cualquier manera» interrumpiendo el paso o el giro de los buses. El calendario de la compañía de Tranvías tiene el 26 de julio del 2015 clavado con una chincheta. A primera hora de aquel día un coche mal aparcado provocó una imagen inusual en la calle Orillamar: una hilera de ocho autobuses urbanos atascados sin poder continuar su marcha ya que el turismo impedía su paso con holgura.

Tranvías publica fotografías en sus redes sociales de las «burradas» más graves que se topan en la ciudad
Hay paradas de bus donde lo que menos para es el bus. Algunas se han consolidado como aparcamiento y las hay que se han vuelto zona de carga y descarga. «En esta ciudad ya es costumbre utilizarlas para estacionar y cada vez es peor», lamenta un conductor de Tranvías, la profesión que más veces tiene que escuchar la manida frase «solo es un momentito».
El problema es gordo. Y como tal los usuarios y personal de la compañía de Tranvías de A Coruña llevan semanas publicando en las redes sociales fotografías de «las burradas» que se encuentran los buses y sus pasajeros en los trayectos por cualquier calle de la ciudad. «Porque ocurre en todas», advierte el mismo conductor.
Un compañero dice que bajar del bus urbano en bastantes paradas resulta una misión complicada para muchas madres y padres con carritos de bebés, e imposible, con frecuencia, parapersonas en silla de ruedas. Para el resto muchas veces tampoco es tarea fácil alcanzar la acera entre un mar de coches. Una buena parte de las paradas quedan cada día inutilizadas porque son empleadas como lugar de aparcamiento por conductores, un asunto que genera numerosas quejas entre los usuarios del transporte.
Pese a que «cada día la situación es peor», las sanciones por aparcar en zonas destinadas al transporte urbano descendieron en el 2018 casi a la mitad respecto al 2017. En aquel año fueron multados 968 conductores, mientras que el pasado fueron 577. No llega ni a dos al día.
Hay paradas que se respetan más que otras. «Las que se encuentran en vías con mucho comercio o ajetreo de gente, como en la plaza de Pontevedra, Cuatro Caminos, Ramón y Cajal o la zona centro en general suelen estar siempre ocupadas por vehículos», según un conductor. Hay una en la avenida del Ejército, a la altura de la ronda de Outeiro, que se la han tragado los coches. Literal.
Pero eso no es todo. Luego están los que aparcan en las esquinas «de cualquier manera» interrumpiendo el paso o el giro de los buses. El calendario de la compañía de Tranvías tiene el 26 de julio del 2015 clavado con una chincheta. A primera hora de aquel día un coche mal aparcado provocó una imagen inusual en la calle Orillamar: una hilera de ocho autobuses urbanos atascados sin poder continuar su marcha ya que el turismo impedía su paso con holgura.
