Nico Rosberg se ha sabido reciclar después de su paso por el mundo de las carreras de F1. Es un tío simpático, de trato cercano, que cae bien a todo el mundo, y su tirón mediático y sus innegables dotes de conducción le abren muchas puertas que le permiten probar coches que no están al alcance de los mortales, se codea con gente VIP, tiene libre acceso a los paddocks de F1 cuando hay carreras, y encima gana dinero monetizando sus vídeos de YouTube.
El sueño de cualquier aficionado al mundo del automóvil.