La increíble historia del Ford Orion
09/09/2021
La primera generación apareció en 1983 y la segunda en 1990
A comienzos de los años 80, Ford contaba, entre otros modelos, con los exitosos Fiesta, Escort y Sierra, cada uno de ellos con sus versiones deportivas, como el
Ford Escort XR3. Pero necesitaba otro modelo que ocupara el hueco que había entre el Escort y el Sierra, la berlina más grande hasta la llegada del Scorpio. Este lugar fue para el Orion, que no era más que una variante sedán del Escort. Esta es
la increíble historia del Ford Orion.
El Ford Orion era un coche del
segmento C de corte familiar, sin ninguna pretensión deportiva, que buscaba ofrecer el máximo nivel de confort a los ocupantes. Hubo
dos generaciones desde su presentación, en 1983, hasta el final de su vida comercial, en 1998, pasando a llamarse Escort a partir de 1993.
Diseño del Ford Orion: sobriedad y discreción
La primera generación del Orion vio la luz en 1983, como un modelo para ubicarse entre el Escort, del que derivaba, y el Sierra. El diseño era muy parecido al del Escort, sobrio, discreto, sin ninguna intención de llamar la atención, pero la parte posterior más larga. Esto le confería una
imagen de sedán y una mayor capacidad de maletero. En 1986 sufrió un restyling, tomando rasgos estéticos del nuevo
Scorpio: tenía un frontal rediseñado, nuevos paragolpes, molduras cromadas y una nueva consola central.
Como iba destinado a un segmento superior,
el Orion tenía un equipamiento más completo, estructurado en dos niveles de acabados:
GL y el más lujoso
Ghia. Este último incluía elevalunas eléctrico, cierre centralizado, espejos exteriores eléctricos, techo solar, limpiaparabrisas de velocidad variable, entre otros elementos. De manera opcional, se podía elegir ABS (mecánico), airbag del conductor, aire acondicionado y llantas de aleación.
En 1990 llegó la segunda generación, un modelo totalmente nuevo, con nuevo bastidor y una
suspensión trasera con barra de torsión, que sustituía a la anterior independiente. Estrenó un nuevo diseño del frontal, con faros más grandes y una nueva parrilla. El coche incorporó unas barras de protección lateral, nuevas zonas de absorción de impactos y hasta bolsas de aire, lo que mejoraba notablemente la seguridad.
El Ford Orion Mk II incluía novedades en equipamiento, como la dirección asistida, el sistema
ABS electrónico y
aire acondicionado de serie en la versión alta de gama, siendo opcional en las demás. Tres años después de su lanzamiento, en 1993, Ford decidió cambiar la denominación en Europa,
pasando de Orion a Escort, compartiendo nombre con las versiones de tres y cinco puertas y familiar.
Motorizaciones y comportamiento
Durante toda su vida comercial, ofreció motores diésel y gasolina entre 54 y 130 CV
Durante toda su vida, el Ford Orion tuvo motores transversales de cuatro cilindros de gasolina y diésel, atmosféricos y turboalimentados, en el caso de los de gasóleo. La primera generación empezó con un
1.3 litros de 60 CV, un 1.6 litros de gasolina CVH con carburador, de 90 CV, y otro 1.6 litros con inyección de combustible, con 105 CV. Era bloque procedente del Escort XR3. Estos motores estaban refrigerados por agua. En 1984, llegó un
motor diésel atmosférico 1.6 litros con 54 CV.
Con la actualización que recibió en 1986, también se introdujeron nuevas mecánicas: el
1.6 litros incluía un doble carburador Webber que elevaba la potencia hasta los 98 CV. También apareció una versión intermedia en la gama con un
bloque 1.4 litros y carburador con 75 CV. En 1989, estrenó un
1.8 litros diésel que entregaba 65 CV. El tope de gama, seguía siendo el gasolina de 105 CV.
La segunda generación aparecida en 1990 siguió contando con los mismos motores, algo criticado en la época. Pero en 1992 apareció una nueva generación de
motores de gasolina Zetec con inyección de combustible, así como los
diésel Endura, tanto atmosféricos como turboalimentados. La gama quedaba estructurada con el 1.4 CLX de
71 CV, el 1.6 16v CLX de
90 CV, el 1.6 16v Ghia de
90 CV, el 1.8i 16v CLX de
105 CV, el 1.8i 16v Ghia de
105 CV y el 1.8i SI Ghia de
130 CV. En 1993, la oferta de motores se completó con las versiones diésel
1.8D de 60 CV y 1.8TD de 90 CV.
En cuanto al comportamiento dinámico, la primera generación del Orion
destacaba por ser un coche amplio y confortable, ideal para viajar en familia, que era su pretensión,
alejado de sensaciones deportivas. Las versiones de gasolina ofrecían buenas prestaciones, mientras que las diésel tenía consumos muy bajos. Sin embargo, se mostraba
demasiado subvirador y las suspensiones tenían un tarado duro y un recorrido corto, lo que hacía que no fuera muy manejable sobre superficies en mal estado. La segunda generación corrigió este problema, añadiendo una suspensión trasera de doble torsión.
El vehículo ganó en aplomo y en calidad de rodadura.
Ford Orion Ghia, lujo en la berlina compacta
De todas las versiones del Orion, la del acabado Ghia era, sin duda, la mejor. En la marca del óvalo, el apellido Ghia siempre ha sido sinónimo de distinción, hasta que fue sustituido por Titanium. Estéticamente, se diferenciaba del resto de la gama por tener unas
llantas específicas de aleación, paragolpes en el mismo color de la carrocería y la inscripción Ghia en el portón.
La existencia del Ford Orion (luego llamado Escort) terminó en 1998, año en el que la marca del óvalo introdujo el nuevo Ford Focus, un compacto moderno que acabaría teniendo un gran éxito. No fue un coche que pasara a la historia por su diseño o prestaciones, ni dejó una huella imborrable en la marca, como el
Ford Sierra. Pero sí
permitió a muchos conductores acceder a un vehículo superior y bien equipado, sin tener que llegar a las grandes berlinas de la época.