Mi mujer se subió en una acera y se estampó contra la valla de un colegio-menos mal que no pasaba nadie en aquel momento-, después de confundir la 1ª con la marcha atrás. Lo que tengo claro, es que aunque hubiera encontrado la marcha correcta, pisó tanto el acelerador, que se habría estampado contra los coches aparcados en la acera contraria.
En otra ocasión llegó a casa sin espejo retrovisor izquierdo y todo el lateral abollado, tras ingresar en una rotonda y chocar contra otro coche; que por cierto, ni la persiguió ni jamás reclamó los daños al seguro. Sería otra cenutria como ella.