El Blue Baron, como es íntimo amigo de Murphy, éste no para de hacerle favores, y le ha obsequiado con un precioso virus estomacal, que lo tiene sentado en la taza del water digamos que unas 30 veces al día. Si a la debilidad lógica con la que uno sale de una operación de esta envergadura, le sumamos la debilidad que produce una diarrea galopante, ya tenéis lo que le pasa a Blue Baron: está sin ganas ni de mirarse al espejo en este momento. He tenido que interrumpir el Curso USA que estaba haciendo y a ver si me pongo bien de una p.... vez. Gracias por preocuparos, ya véis, nada serio, pero sí tocanarices, y justo en este preciso momento que me estaba recuperando perfectamente.