Vamos allá con la experiencia en Etxebarri. Decir lo primero que no soy para nada asiduo a restaurantes con estrella. Creo que en cualquiera de estos, si te pones a equiparar lo que has comido con lo que has pagado, o te pones unas expectativas muy altas, es fácil decepcionarse. Dicho esto, como apasionado de las brasas desde niño que soy, siempre pensé que aquí tenía que venir y la experiencia ha sido más que satisfactoria. Salí plenamente saciado del restaurante, noté la brasa en cada plato y comí comida de verdad, sin adornos como veréis en las fotos y en los nombres de los platos, os los indicaré en cada una de ellas tal y como el menú los indicaba
Chorizo y anchoa al salazón:
Queso fresco de búfala:
Gambas de Palamós:
Erizo de mar:
Kokotxas de merluza:
Yema de huevo con trufa blanca:
Hongos:
Besugo. Éramos 4 personas. Todos los platos anteriores fueron individuales, este ya es un pez de tamaño considerable que sirven emplatado a cada uno
Txuleta.
Helado de leche y remolacha:
Cremoso de chocolate: