@perturHDV Mira en el año 1988, no estaba ni terminada la autovia entre Madrid y Zaragoza. Con un viejo 928 ya sacaron 215km/h de velocidad media entre Zaragoza y Barcelona. Esta claro que los probadores eran gente experimentada pero tampoco pilotos profesionales.
Estamos en
Octubre 1988 y la
revista “Automóvil” lanzaba su
nº 129. Entre sus páginas figuraba el relato de una ocurrencia rocambolesca:
enfrentar al coche y la motocicleta más veloces del mercado por las carreteras y autopistas que separan Madrid de Barcelona. Sin límites. A tope. A tumba abierta. El automóvil escogido se trataba de un
Porsche 928 S4 mientras que la representación de dos ruedas recayó sobre una
Kawasaki ZX-10. Por supuesto que en aquella época había vehículos más rápidos pero eran modelos demasiado “exóticos” y exclusivos (el Lamborghini Countach, Ferrari F40 y Testarossa o el Porsche 959 por poner algunos ejemplos superaban con creces sus prestaciones) y buscando el mejor equilibrio, se decidieron por el V8 del fabricante alemán: un vehículo cómodo, lujoso y deportivo a la par, con una punta oficial de 265 km/h. Aunque la versión de cambio automático contaba con peores cifras , fue la escogida pues su piloto la encontraba más segura a la hora de adelantar y el motor giraría más desahogado … Respecto a la Kawasaki, sus principales señas de identidad era un motor de 997 cc, 137 cv/10.000 rpm y 269 km/h de velocidad máxima según fabricante. Al igual que el Porsche, su concepto conjugaba espíritu rutero con deportividad. Ambos vehículos, por lo tanto, estaban más pensados para viajar a alta velocidad que como deportivos puros y duros. Lo que genéricamente suele denominarse como gran turismo.
La “carrera” comenzaba en
Madrid a las 7:30 (una hora más tarde de lo previsto… ¡por impuntualidad del motorista!). Así que el primer contratiempo vino de la mano de un exceso de tráfico rodado. La carrera se puede resumir en dos etapas: la primera entre Madrid y Zaragoza y la segunda entre Zaragoza y Barcelona. La moto aprovechó su capacidad de poder colarse entre el tráfico pero el Porsche contaba con una mayor autonomía gracias a su gran depósito de 86 litros. Al final, el tráfico retrasó en varios minutos a ambos contrincantes. Los mosquitos y otros insectos también contribuyeron al particular calvario del sufrido motorista.
En muchos tramos, ambos pudieron ver la aguja del velocímetro apuntando sobre
270/280 km/h de crucero. El piloto de la
Kawasaki afirmó haber puesto el motor a
12.000 rpm en 6º (a 2.000 rpm por encima del régimen de potencia máxima y pasando de la línea roja) que corresponden con un desarrollo final de
¡300 km/h! Tras ella, el
Porsche estiraba hasta 6.400 rpm (
288 km/h reales). Para seguirle el ritmo, el coche llegó a desconectar el aire acondicionado.
Al final fue la Kawasaki quien se alzó con la victoria aunque, todo sea dicho, su piloto llegó extenuado por tanto esfuerzo y concentración, mientras que el del Porsche apenas presentaba síntomas de fatiga.
Desde Madrid se partió al inicio de la autovía, estando la meta situada en la Diagonal de Barcelona. Un total de
617,6 km que fueron completados en
3 h. 54 min. por el Porsche mientras que la
Kawasaki rebajaba el tiempo hasta
3h. 18 min., estableciendo medias de
158,35 km/h y
188,10 km/h respectivamente. Las mayores medias se alcanzaron en la segunda etapa, con unos escalofriantes
233,77 km/h para la Kawasaki y
215,18 km/h para el Porsche… En cuanto a consumos, el V8 tragó 23,68 litros a los 100 km mientras que el tetracilíndrico japonés se conformó con casi la mitad: 12,61 l/100km. A modo anecdótico, al Porsche hubo que rellenarle 2,5 litros de aceite al cárter.