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La hombría no va atada al medio de transporte . La humildad va atada al baremo económico personal .
Crisis RELOADED Crisis. Amarraos los machos. Vol. LXXXI
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Pero las cosas se dicen a la cara , lanzar pullitas al aire es un poco de cobardes . Se cita y se dice , no pasa ná ..
tronco39
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Y es que entre loca de la Ayuso y el corrupto comisionista del Almeida nos van a llevar a todos los madrileños a la ruina...
Coconut
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Coconut
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@Toni19183716
A ver,, que no sus enteráis,, fachorros!! Pedro Sanchez dijo que JAMAS JAMAS JAMAS JAMAS JAMAS,, pactaría con Bildu y como todos sabéis es un tío con palabra de socialista!! El que ha pactado con ETA o Bildu que es lo mismo pero con colores progres ha sido,,, ANTONIO
A ver,, que no sus enteráis,, fachorros!! Pedro Sanchez dijo que JAMAS JAMAS JAMAS JAMAS JAMAS,, pactaría con Bildu y como todos sabéis es un tío con palabra de socialista!! El que ha pactado con ETA o Bildu que es lo mismo pero con colores progres ha sido,,, ANTONIO
Félix E46
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Poco lo pone el periódico de Lo País, cuando criticaban que Vox y PP se pasaban la paridad por el arco del triunfo.
Pero claro, una mujer, única mujer propuesta para candidata de un partido y que está este partido fuera de la cuerda del régimen no es noticia
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Y mira que Luis Riestra lo expresa con mucha claridad, pues no hay manera
. El articulista explica, que no justifica. Y es que, explicar y justificar no es lo mismo, no son sinónimos. Si lo convertimos en la misma cosa, entramos de lleno en el pensamiento único y, los otros a la hoguera.Explicar lo que hace Putin, no es justificar lo que hace Putin.
Soberano
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Bien, pero eso no lo revierten en cuatro días. Necesitas como mínimo veinte años y en lo que eso llega, a ver que haces mientras.
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Historias
La realidad ha muerto, elija su propia realidad: por qué ya no entiendes nada de lo que pasa en el mundo
La polarización alimentada por las redes provoca que ya no hablemos el mismo idioma ni compartamos la misma realidad, mientras las teorías más descabelladas se difunden sin control. Bienvenidos a la nueva Torre de Babel que denuncia el ensayista Jonathan Haidt
Se acuerdan del guantazo de Will Smith al presentador de los Oscar, ¿verdad? Supongo que a estas alturas todos estaremos de acuerdo en que aquello no fue más que un montaje orquestado por la Academia de Hollywood para subir la audiencia de sus soporíferas galas. Sólo hay que ver las imágenes... El ángulo que traza el brazo de Will, el sonido del supuesto bofetón, cómo gira la cara Chris Rock antes del sopapo, las sonrisitas de los dos... Ya saben...
No es la primera vez que la televisión nos engaña usando a actores. Miren si no la «guerra» en Ucrania. Sí, la guerra entre comillas, porque aquello no es más que otra gran farsa. Hasta han puesto a un cómico de presidente. ¿Alguien se puede creer esas imágenes de supuestos cadáveres perfectamente distribuidos en las aceras de Bucha? ¡Pero si hay uno que se mueve, que lo he visto yo en Twitter!
Se deben creer que somos idiotas, como con la plandemia del coronavirus, las vacunas o el tocomocho este del cambio climático. Pues no cogí yo una bola de nieve en mi terraza cuando lo de Filomena, le acerqué un mechero y la presunta nieve, lejos de derretirse, se ponía negra como el tizón. Ya me explicarán. Y luego dirán que somos negacionistas...
Pues mira, no, me niego.
(...)
Todo lo que acaban de leer está basado en hechos reales. No en la realidad, que conste, porque todo es mentira. Lo que quiero decir es que hay gente que realmente cree esta otra realidad. Ya me entienden... Al fin y al cabo, hoy cada uno de nosotros tiene su propia verdad, fabricada a medida, como si fuera nuestro avatar en las redes sociales, con su megáfono incorporado. Hoy todo es mentira y a la vez cualquier cosa, por inverosímil que nos resulte, puede ser real.
Bienvenidos a la nueva Torre de Babel, en palabras de Jonathan Haidt.
«La historia de Babel es la mejor metáfora que he encontrado de lo que ha sucedido en Estados Unidos en la última década y del país fracturado que ahora habitamos. Algo salió terriblemente mal de repente. Estamos desorientados, incapaces de hablar el mismo idioma e incapaces de reconocer la misma verdad», ha escrito el prestigioso psicólogo social estadounidense y profesor de la Stern School of Business de Nueva York en un largo ensayo publicado este mes por la revista The Atlantic.
El texto se titula Por qué los últimos 10 años de la vida estadounidense han sido excepcionalmente estúpidos. Y lamentamos comunicarle que la teoría de Haidt es perfectamente aplicable en nuestro país y en casi cualquier rincón del planeta.
«La verdad no es algo que un individuo pueda encontrar enterrada bajo unas rocas», nos explica Jonathan Haidt a través de un correo electrónico. «La verdad se encuentra cuando los humanos crean instituciones epistémicas, que unan a los individuos imperfectos para cancelar los sesgos de confirmación de los demás. En los últimos cien años, las sociedades occidentales han creado instituciones muy sólidas: universidades, medios de comunicación profesionales y sistemas legales. Pero mi argumento es que las redes sociales han vuelto estas instituciones 'estructuralmente estúpidas'. Las redes no han servido para conectarnos y comunicarnos, sino para actuar unos contra otros y ahora la gente tiene miedo de desafiar opiniones que quizás sólo defienda una minoría de personas, pero que se acaban imponiendo sólo por el daño social o de reputación que trae a los disidentes».
Las redes sociales han vuelto estructuralmente estúpidas a instituciones como los medios o las universidades
Jonathan Haidt
El nuevo Babel del que habla Haidt es el retrato de una fragmentación global, la ruptura de todo lo que parecía sólido y la dispersión de lo que un día fue una enorme comunidad de vecinos. Hoy ni la clase política, ni el sistema judicial ni los medios de comunicación gozan del más mínimo prestigio. «Es una metáfora de lo que sucede no solo entre rojos y azules, sino dentro de la izquierda y dentro de la derecha, así como dentro de las universidades, las empresas, los colegios profesionales, los museos e incluso las familias».
Cada uno vive en su particular burbuja y el espejo que hace no tanto nos devolvía una realidad común hoy está hecho añicos. «Ya no creo que podamos reconstruir ese gran espejo de la era de los medios de comunicación de masas, pero sí deberíamos pensar en cómo debería ser la democracia en la era digital», responde Haidt. «El gran desafío para las naciones occidentales es encontrar la manera de llevar prosperidad, libertad y bienestar a sus ciudadanos en esta nueva era. Ahora estamos descentralizados y atrapados en medio del caos. Si nos lo proponemos y tratamos esto como la lucha existencial de las próximas tres décadas, apostaría que lo conseguiremos».
El nocivo mercado de la atención en el salvaje Oeste de internet, la progresiva radicalización de los discursos en línea y su rentable viralidad, los megusta y los retuits, la búsqueda desesperada de followers, la impunidad de los discursos de odio, la cultura del ofendidito, la emocracia (con emo de emociones), la creciente polarización, la política del zasca y la profundidad intelectual que otorgan apenas 280 caracteres han ido socavando las democracias, engordando las autocracias y alimentando las burbujas de una gigantesca pócima mortal que ha convertido cualquier debate, por importante que sea, en la resaca de un Madrid-Barça. Unos dirán que fue penalti, otros que ni de broma. Y a nadie le importará lo más mínimo qué pasó realmente en el área.
«Si todo es igualmente increíble, todo es entonces igualmente creíble. Cada uno elige su propia versión increíble de la realidad y la reivindica en grupúsculos y nichos en la red. Se ha producido algo así como una destitución tecnológica de la realidad común», diagnostica el filósofo Santiago Alba Rico, que traza dos caminos paralelos rumbo a este nuevo escenario.
Por un lado, la vieja vía política y su «destrucción premeditada de los marcos comunes de credibilidad» que nos ha abocado a la fulgurante aparición de proyectos de orden totalitario en todo el mundo, «interesados en explotar la desconfianza de la gente común en las instituciones».
Por otro, la nueva vía tecnológica y la configuración acelerada de un mundo en el que «las imágenes han sustituido por completo a las fuentes verbales del consenso público» y en el que -insiste Alba Rico- «la esfera pública desaparece disuelta en una rapsodia de hechos alternativos igualmente increíbles».
Estamos, dice el filósofo, ante el fin del mundo común. Una desconfianza global que se expresa con luces de neón en todo tipo de disparatados movimientos negacionistas.
Si todo es igualmente increíble, todo es entonces igualmente creíble. Cada uno elige su propia versión increíble de la realidad
Santiago Alba Rico
Apunten este. En el año 2017, cuando Donald Trump acababa de aterrizar en la Casa Blanca a lomos de la gran paranoia, un estudiante americano llamado Peter McIndoe se cruzó en Memphis con una manifestación de fieles del nuevo presidente y para mofarse de sus teorías conspiranoicas se inventó una pancarta que sólo decía: «Los pájaros no son reales». Su imagen fue grabada sin que él se diera cuenta y su mensaje se acabó viralizando, así que él no sólo no desmontó la chufla, sino que estiró el chiste. Hoy el movimiento Birds Aren't Real, que sostiene que las aves se han extinguido fruto del cambio climático y han sido reemplazadas por drones de vigilancia controlado por el Gobierno, acumula millones de seguidores en las redes sociales y ha llegado a congregar una manifestación de pajaronegacionistas ante la sede de Twitter en San Francisco para que la empresa cambiara su logo.
«Queríamos poner a Estados Unidos frente al espejo en la era de internet», contó McIndoe en The New York Times cuando se destapó una chifladura que aún creen cientos de miles de personas.
«La gente siempre ha buscado teorías de la conspiración cuando quiere explicaciones alternativas a la realidad e internet hace que sea más fácil que nunca promover falsedades y que las personas las busquen. Tenemos acceso a más información que nunca, pero no toda esa información es veraz», advierte la periodista Kelly Weill, reportera de The Daily Beast y autora de Off the edge (Se podría traducir como Más allá del límite), un ensayo sobre la cultura de la conspiración y los motivos por los que la gente se puede creer ya cualquier cosa que parte del renacido terraplanismo, un movimiento con casi dos siglos de historia que se ha reactivado en los últimos años gracias, una vez más, a las redes sociales.
«En el pasado, los creyentes en una teoría oscura como el terraplanismo habrían tenido problemas para encontrar otros fieles, pero hoy en día, los grupos terraplanistas son fáciles de encontrar en comunidades de Facebook, que retroalimentan y fortalecen esas creencias», explica Weill.
El algoritmo además conecta rápidamente unas paranoias con otras, como una especie de Tinder de la demencia, así que uno empieza creyendo que la Tierra es plana y los pájaros son robots y acaba asaltando el Capitolio una mañana de enero convencido de que las fuerzas oscuras le han birlado las elecciones. «Estos movimientos se construyen unos sobre otros», insiste la autora de Off the edge. «Aunque pueda parecer que la teoría de que la Tierra es plana no tiene mucho en común con teorías como las de QAnon, lo cierto es que ambas alientan a las personas a desconfiar de las instituciones y a creer en tramas vastas y malvadas. Las redes sociales permiten que estas comunidades de conspiraciones se comuniquen entre sí y recluten nuevos miembros».
Justo antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca, el profesor de Psicología David J. LaPorte, de la Universidad de Pensilvania, publicó un artículo en el que ya advertía sobre el aumento de la sensación de paranoia en Estados Unidos. El caso Snowden, las revelaciones de Wikileaks, el desafío terrorista y la sensación de vulnerabilidad en todo el mundo ayudaron a disparar la percepción de vivir bajo una amenaza constante. Cuatro años después, las injerencias electorales, la sobrevigilancia, el tráfico con nuestra privacidad en la red y, por si fuera poco, una pandemia global habían propagado las conspiraciones como si fueran esporas. Sólo nos faltaba una guerra...
«Vivimos en una era en la que el mundo se empeña en repetirnos que no estamos seguros. Las malas noticias se transmiten inmediatamente por todo el planeta y aprendemos que no podemos confiar en nadie», diagnostica el doctor LaPorte. «Y además tenemos a unos líderes mundiales que se dedican a hacer falsas denuncias sobre conspiraciones. El resultado de ese clima es que todos sospechamos y todos nos volvemos sospechosos».
Uno de cada 10 votantes de Florida cree que Ted Cruz, principal rival de Trump en las primarias republicanas de 2016, es realmente Zodiac, un célebre asesino en serie que mató a cinco personas en EEUU a finales de los años 60 y principios de los 70, antes incluso de que naciera el propio Cruz. Un 28% de los votantes no lo descartaba cuando Trump ganó las elecciones.
«La polarización en los medios y en la política han ayudado a contribuir a un ecosistema informativo en el que ha dejado de existir una realidad común», apunta Kelly Weill. «Las personas pueden elegir sus propias realidades en función de los mensajes de sus candidatos o de sus medios de comunicación preferidos. Esto es particularmente evidente en eventos altamente polarizados, como la guerra en Ucrania o las elecciones en EEUU. Una facción política promueve una mentira descarada, pero sus partidarios la aceptan porque es más reconfortante que la realidad».
Las teorías conspirativas alientan a las personas a desconfiar de las instituciones y a creer en tramas vastas y malvadas
Kelly Weill
Y el nivel de paranoia es tal que incluso somete a la clase política. El escritor Jonathan Chait lo ha bautizado como «la paradoja de la propaganda». La magnitud de la farsa acaba atrapando a los líderes que la promovieron y explotaron electoralmente. El político inventa las mentiras, sus medios afines repiten esas mentiras y el político se las acaba creyendo hasta operar sólo en función de ellas. La ecuación valía para Trump, sin más discurso hoy que el fraude electoral que imaginó. Y vale ahora para toda la estrategia bélica de Putin. «Vladimir Putin trató de convencer a su pueblo de que Ucrania era débil, corrupta y carecía de legitimidad popular. Terminó creyéndose sus propias mentiras, lanzó una guerra ruinosa basada en su expectativa de que el gobierno de Zelenski colapsaría de inmediato y que los ucranianos recibirían a los rusos como libertadores. E incluso cuando la campaña militar ha sido un fiasco, la campaña de propaganda ha seguido funcionando. El público ruso todavía apoya la guerra», escribe Chait en la revista New York. «El problema es que se han convencido tanto de las mentiras de Putin que no están preparados para manejar la derrota».
Disculpen la ridícula comparación, pero es como cuando el Barça de Xavi se creyó rumbo a la gloria hasta que la famosa xavineta se estrelló sin remedio. Y es que, a menor escala, la paradoja de la propaganda se ha instalado en cualquier esfera. Pablo Casado cayó en el PP mareado en sus propias fantasías y Pedro Sánchez ha hecho girar todo su discurso sobre una presunta recuperación económica del país que desmienten todos los indicadores. ¿Qué más da?
«Todos podemos detectar las mentiras y las teorías conspirativas, pero eso no significa que seamos capaces por ello de resistirlas o no alimentarlas», sostiene Santiago Alba Rico. «En el marco de la desdemocratización mundial que comienza a principios de la pasada década, los negacionismos de nicho y las conspiranoias identitarias han dejado fuera la posibilidad de construir un contrato social compartido y democrático. No se puede despreciar el impulso de ese negacionismo, resultado de la disolución de los vínculos colectivos e indicativo de la erosión de nuestras instituciones públicas, pero por eso mismo su eficacia constituye una amenaza para las frágiles democracias que aún sobreviven. Marcan el paso de la erosión al derrumbe».
Lo bueno es que si todo esto le asusta, le preocupa o sencillamente no le convence, no tiene por qué creernos. La realidad ha muerto, así que puede fabricarse una nueva. Al final y al cabo, esto es sólo otro reportaje financiado por George Soros para manipular su mente. (O no).
La realidad ha muerto, elija su propia realidad: por qué ya no entiendes nada de lo que pasa en el mundo
La polarización alimentada por las redes provoca que ya no hablemos el mismo idioma ni compartamos la misma realidad, mientras las teorías más descabelladas se difunden sin control. Bienvenidos a la nueva Torre de Babel que denuncia el ensayista Jonathan Haidt
Se acuerdan del guantazo de Will Smith al presentador de los Oscar, ¿verdad? Supongo que a estas alturas todos estaremos de acuerdo en que aquello no fue más que un montaje orquestado por la Academia de Hollywood para subir la audiencia de sus soporíferas galas. Sólo hay que ver las imágenes... El ángulo que traza el brazo de Will, el sonido del supuesto bofetón, cómo gira la cara Chris Rock antes del sopapo, las sonrisitas de los dos... Ya saben...
No es la primera vez que la televisión nos engaña usando a actores. Miren si no la «guerra» en Ucrania. Sí, la guerra entre comillas, porque aquello no es más que otra gran farsa. Hasta han puesto a un cómico de presidente. ¿Alguien se puede creer esas imágenes de supuestos cadáveres perfectamente distribuidos en las aceras de Bucha? ¡Pero si hay uno que se mueve, que lo he visto yo en Twitter!
Se deben creer que somos idiotas, como con la plandemia del coronavirus, las vacunas o el tocomocho este del cambio climático. Pues no cogí yo una bola de nieve en mi terraza cuando lo de Filomena, le acerqué un mechero y la presunta nieve, lejos de derretirse, se ponía negra como el tizón. Ya me explicarán. Y luego dirán que somos negacionistas...
Pues mira, no, me niego.
(...)
Todo lo que acaban de leer está basado en hechos reales. No en la realidad, que conste, porque todo es mentira. Lo que quiero decir es que hay gente que realmente cree esta otra realidad. Ya me entienden... Al fin y al cabo, hoy cada uno de nosotros tiene su propia verdad, fabricada a medida, como si fuera nuestro avatar en las redes sociales, con su megáfono incorporado. Hoy todo es mentira y a la vez cualquier cosa, por inverosímil que nos resulte, puede ser real.
Bienvenidos a la nueva Torre de Babel, en palabras de Jonathan Haidt.
«La historia de Babel es la mejor metáfora que he encontrado de lo que ha sucedido en Estados Unidos en la última década y del país fracturado que ahora habitamos. Algo salió terriblemente mal de repente. Estamos desorientados, incapaces de hablar el mismo idioma e incapaces de reconocer la misma verdad», ha escrito el prestigioso psicólogo social estadounidense y profesor de la Stern School of Business de Nueva York en un largo ensayo publicado este mes por la revista The Atlantic.
El texto se titula Por qué los últimos 10 años de la vida estadounidense han sido excepcionalmente estúpidos. Y lamentamos comunicarle que la teoría de Haidt es perfectamente aplicable en nuestro país y en casi cualquier rincón del planeta.
«La verdad no es algo que un individuo pueda encontrar enterrada bajo unas rocas», nos explica Jonathan Haidt a través de un correo electrónico. «La verdad se encuentra cuando los humanos crean instituciones epistémicas, que unan a los individuos imperfectos para cancelar los sesgos de confirmación de los demás. En los últimos cien años, las sociedades occidentales han creado instituciones muy sólidas: universidades, medios de comunicación profesionales y sistemas legales. Pero mi argumento es que las redes sociales han vuelto estas instituciones 'estructuralmente estúpidas'. Las redes no han servido para conectarnos y comunicarnos, sino para actuar unos contra otros y ahora la gente tiene miedo de desafiar opiniones que quizás sólo defienda una minoría de personas, pero que se acaban imponiendo sólo por el daño social o de reputación que trae a los disidentes».
Las redes sociales han vuelto estructuralmente estúpidas a instituciones como los medios o las universidades
Jonathan Haidt
El nuevo Babel del que habla Haidt es el retrato de una fragmentación global, la ruptura de todo lo que parecía sólido y la dispersión de lo que un día fue una enorme comunidad de vecinos. Hoy ni la clase política, ni el sistema judicial ni los medios de comunicación gozan del más mínimo prestigio. «Es una metáfora de lo que sucede no solo entre rojos y azules, sino dentro de la izquierda y dentro de la derecha, así como dentro de las universidades, las empresas, los colegios profesionales, los museos e incluso las familias».
Cada uno vive en su particular burbuja y el espejo que hace no tanto nos devolvía una realidad común hoy está hecho añicos. «Ya no creo que podamos reconstruir ese gran espejo de la era de los medios de comunicación de masas, pero sí deberíamos pensar en cómo debería ser la democracia en la era digital», responde Haidt. «El gran desafío para las naciones occidentales es encontrar la manera de llevar prosperidad, libertad y bienestar a sus ciudadanos en esta nueva era. Ahora estamos descentralizados y atrapados en medio del caos. Si nos lo proponemos y tratamos esto como la lucha existencial de las próximas tres décadas, apostaría que lo conseguiremos».
El nocivo mercado de la atención en el salvaje Oeste de internet, la progresiva radicalización de los discursos en línea y su rentable viralidad, los megusta y los retuits, la búsqueda desesperada de followers, la impunidad de los discursos de odio, la cultura del ofendidito, la emocracia (con emo de emociones), la creciente polarización, la política del zasca y la profundidad intelectual que otorgan apenas 280 caracteres han ido socavando las democracias, engordando las autocracias y alimentando las burbujas de una gigantesca pócima mortal que ha convertido cualquier debate, por importante que sea, en la resaca de un Madrid-Barça. Unos dirán que fue penalti, otros que ni de broma. Y a nadie le importará lo más mínimo qué pasó realmente en el área.
«Si todo es igualmente increíble, todo es entonces igualmente creíble. Cada uno elige su propia versión increíble de la realidad y la reivindica en grupúsculos y nichos en la red. Se ha producido algo así como una destitución tecnológica de la realidad común», diagnostica el filósofo Santiago Alba Rico, que traza dos caminos paralelos rumbo a este nuevo escenario.
Por un lado, la vieja vía política y su «destrucción premeditada de los marcos comunes de credibilidad» que nos ha abocado a la fulgurante aparición de proyectos de orden totalitario en todo el mundo, «interesados en explotar la desconfianza de la gente común en las instituciones».
Por otro, la nueva vía tecnológica y la configuración acelerada de un mundo en el que «las imágenes han sustituido por completo a las fuentes verbales del consenso público» y en el que -insiste Alba Rico- «la esfera pública desaparece disuelta en una rapsodia de hechos alternativos igualmente increíbles».
Estamos, dice el filósofo, ante el fin del mundo común. Una desconfianza global que se expresa con luces de neón en todo tipo de disparatados movimientos negacionistas.
Si todo es igualmente increíble, todo es entonces igualmente creíble. Cada uno elige su propia versión increíble de la realidad
Santiago Alba Rico
Apunten este. En el año 2017, cuando Donald Trump acababa de aterrizar en la Casa Blanca a lomos de la gran paranoia, un estudiante americano llamado Peter McIndoe se cruzó en Memphis con una manifestación de fieles del nuevo presidente y para mofarse de sus teorías conspiranoicas se inventó una pancarta que sólo decía: «Los pájaros no son reales». Su imagen fue grabada sin que él se diera cuenta y su mensaje se acabó viralizando, así que él no sólo no desmontó la chufla, sino que estiró el chiste. Hoy el movimiento Birds Aren't Real, que sostiene que las aves se han extinguido fruto del cambio climático y han sido reemplazadas por drones de vigilancia controlado por el Gobierno, acumula millones de seguidores en las redes sociales y ha llegado a congregar una manifestación de pajaronegacionistas ante la sede de Twitter en San Francisco para que la empresa cambiara su logo.
«Queríamos poner a Estados Unidos frente al espejo en la era de internet», contó McIndoe en The New York Times cuando se destapó una chifladura que aún creen cientos de miles de personas.
«La gente siempre ha buscado teorías de la conspiración cuando quiere explicaciones alternativas a la realidad e internet hace que sea más fácil que nunca promover falsedades y que las personas las busquen. Tenemos acceso a más información que nunca, pero no toda esa información es veraz», advierte la periodista Kelly Weill, reportera de The Daily Beast y autora de Off the edge (Se podría traducir como Más allá del límite), un ensayo sobre la cultura de la conspiración y los motivos por los que la gente se puede creer ya cualquier cosa que parte del renacido terraplanismo, un movimiento con casi dos siglos de historia que se ha reactivado en los últimos años gracias, una vez más, a las redes sociales.
«En el pasado, los creyentes en una teoría oscura como el terraplanismo habrían tenido problemas para encontrar otros fieles, pero hoy en día, los grupos terraplanistas son fáciles de encontrar en comunidades de Facebook, que retroalimentan y fortalecen esas creencias», explica Weill.
El algoritmo además conecta rápidamente unas paranoias con otras, como una especie de Tinder de la demencia, así que uno empieza creyendo que la Tierra es plana y los pájaros son robots y acaba asaltando el Capitolio una mañana de enero convencido de que las fuerzas oscuras le han birlado las elecciones. «Estos movimientos se construyen unos sobre otros», insiste la autora de Off the edge. «Aunque pueda parecer que la teoría de que la Tierra es plana no tiene mucho en común con teorías como las de QAnon, lo cierto es que ambas alientan a las personas a desconfiar de las instituciones y a creer en tramas vastas y malvadas. Las redes sociales permiten que estas comunidades de conspiraciones se comuniquen entre sí y recluten nuevos miembros».
Justo antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca, el profesor de Psicología David J. LaPorte, de la Universidad de Pensilvania, publicó un artículo en el que ya advertía sobre el aumento de la sensación de paranoia en Estados Unidos. El caso Snowden, las revelaciones de Wikileaks, el desafío terrorista y la sensación de vulnerabilidad en todo el mundo ayudaron a disparar la percepción de vivir bajo una amenaza constante. Cuatro años después, las injerencias electorales, la sobrevigilancia, el tráfico con nuestra privacidad en la red y, por si fuera poco, una pandemia global habían propagado las conspiraciones como si fueran esporas. Sólo nos faltaba una guerra...
«Vivimos en una era en la que el mundo se empeña en repetirnos que no estamos seguros. Las malas noticias se transmiten inmediatamente por todo el planeta y aprendemos que no podemos confiar en nadie», diagnostica el doctor LaPorte. «Y además tenemos a unos líderes mundiales que se dedican a hacer falsas denuncias sobre conspiraciones. El resultado de ese clima es que todos sospechamos y todos nos volvemos sospechosos».
Uno de cada 10 votantes de Florida cree que Ted Cruz, principal rival de Trump en las primarias republicanas de 2016, es realmente Zodiac, un célebre asesino en serie que mató a cinco personas en EEUU a finales de los años 60 y principios de los 70, antes incluso de que naciera el propio Cruz. Un 28% de los votantes no lo descartaba cuando Trump ganó las elecciones.
«La polarización en los medios y en la política han ayudado a contribuir a un ecosistema informativo en el que ha dejado de existir una realidad común», apunta Kelly Weill. «Las personas pueden elegir sus propias realidades en función de los mensajes de sus candidatos o de sus medios de comunicación preferidos. Esto es particularmente evidente en eventos altamente polarizados, como la guerra en Ucrania o las elecciones en EEUU. Una facción política promueve una mentira descarada, pero sus partidarios la aceptan porque es más reconfortante que la realidad».
Las teorías conspirativas alientan a las personas a desconfiar de las instituciones y a creer en tramas vastas y malvadas
Kelly Weill
Y el nivel de paranoia es tal que incluso somete a la clase política. El escritor Jonathan Chait lo ha bautizado como «la paradoja de la propaganda». La magnitud de la farsa acaba atrapando a los líderes que la promovieron y explotaron electoralmente. El político inventa las mentiras, sus medios afines repiten esas mentiras y el político se las acaba creyendo hasta operar sólo en función de ellas. La ecuación valía para Trump, sin más discurso hoy que el fraude electoral que imaginó. Y vale ahora para toda la estrategia bélica de Putin. «Vladimir Putin trató de convencer a su pueblo de que Ucrania era débil, corrupta y carecía de legitimidad popular. Terminó creyéndose sus propias mentiras, lanzó una guerra ruinosa basada en su expectativa de que el gobierno de Zelenski colapsaría de inmediato y que los ucranianos recibirían a los rusos como libertadores. E incluso cuando la campaña militar ha sido un fiasco, la campaña de propaganda ha seguido funcionando. El público ruso todavía apoya la guerra», escribe Chait en la revista New York. «El problema es que se han convencido tanto de las mentiras de Putin que no están preparados para manejar la derrota».
Disculpen la ridícula comparación, pero es como cuando el Barça de Xavi se creyó rumbo a la gloria hasta que la famosa xavineta se estrelló sin remedio. Y es que, a menor escala, la paradoja de la propaganda se ha instalado en cualquier esfera. Pablo Casado cayó en el PP mareado en sus propias fantasías y Pedro Sánchez ha hecho girar todo su discurso sobre una presunta recuperación económica del país que desmienten todos los indicadores. ¿Qué más da?
«Todos podemos detectar las mentiras y las teorías conspirativas, pero eso no significa que seamos capaces por ello de resistirlas o no alimentarlas», sostiene Santiago Alba Rico. «En el marco de la desdemocratización mundial que comienza a principios de la pasada década, los negacionismos de nicho y las conspiranoias identitarias han dejado fuera la posibilidad de construir un contrato social compartido y democrático. No se puede despreciar el impulso de ese negacionismo, resultado de la disolución de los vínculos colectivos e indicativo de la erosión de nuestras instituciones públicas, pero por eso mismo su eficacia constituye una amenaza para las frágiles democracias que aún sobreviven. Marcan el paso de la erosión al derrumbe».
Lo bueno es que si todo esto le asusta, le preocupa o sencillamente no le convence, no tiene por qué creernos. La realidad ha muerto, así que puede fabricarse una nueva. Al final y al cabo, esto es sólo otro reportaje financiado por George Soros para manipular su mente. (O no).
bmwan
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O también que el próximo enero el gobierno va a regalar 10.000 millones que pertenecen a las pensiones de la siguiente década.
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En Andalucía no estoy muy puesto, pero puede ganar Vox con Maca Olona como candidata, ¿o sólo me lo parece a mi?
Lo digo porque los andaluces estarán hartos de ver como se tira dinero una legislatura si, y la siguiente también.
Lo digo porque los andaluces estarán hartos de ver como se tira dinero una legislatura si, y la siguiente también.
Soberano
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Mira Sánchez, siempre en avión y es un capullo sideral.
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Proporcional a la destrucción de propiedad privada.
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j*der. Eso significa que la cosa está chunga de verdad
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16:04
Muere la periodista Vira Girich en un bombardeo en Kiev
La corporación radiofónica estadounidense Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL) ha informado este viernes de que la periodista Vira Girich ha muerto en un bombardeo perpetrado por las fuerzas rusas contra Kiev, la capital ucraniana. La editora jefe del servicio ucraniano de la emisora, Inna Kuznetsova, ha confirmado la información y ha lamentado que durante el ataque un cohete ha impactado contra el apartamento de la periodista.
Por su parte, el periodista de RFE Oleksandr Demchenko ha indicado en su cuenta de Facebook que un "misil ruso golpeó su vivienda". "Vera estuvo allí toda la noche", ha aseverado.
Muere la periodista Vira Girich en un bombardeo en Kiev
La corporación radiofónica estadounidense Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL) ha informado este viernes de que la periodista Vira Girich ha muerto en un bombardeo perpetrado por las fuerzas rusas contra Kiev, la capital ucraniana. La editora jefe del servicio ucraniano de la emisora, Inna Kuznetsova, ha confirmado la información y ha lamentado que durante el ataque un cohete ha impactado contra el apartamento de la periodista.
Por su parte, el periodista de RFE Oleksandr Demchenko ha indicado en su cuenta de Facebook que un "misil ruso golpeó su vivienda". "Vera estuvo allí toda la noche", ha aseverado.
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16:19
Polonia y República Checa pedirán más fondos a la UE para atender a refugiados ucranianos
Los gobiernos de Polonia y República Checa pedirán "pronto" más fondos europeos para atender a los refugiados ucranianos, después de cuestionar que se pueda mantener el actual desvío de dinero para atender la emergencia de desplazamiento derivada de la invasión rusa sobre Ucrania.
Polonia es el país que más fondos europeos ha recibido para la acogida de refugiados ucranianos, un total de 562 millones de euros, según los datos de Bruselas difundidos el jueves. A territorio polaco han llegado en poco más de dos meses más de tres millones de personas.
Estos fondos, diseñados inicialmente para la recuperación económica de las regiones de Europa tras la crisis del coronavirus, servirán para inyectar liquidez a los países europeos para facilitar la acogida. Bruselas ha aumentado los instrumentos prefinancieros del 11 por ciento al 15 por ciento para todos los Estados miembros, con vistas a llegar hasta el 45 por ciento en el caso de los países en primera
Polonia y República Checa pedirán más fondos a la UE para atender a refugiados ucranianos
Los gobiernos de Polonia y República Checa pedirán "pronto" más fondos europeos para atender a los refugiados ucranianos, después de cuestionar que se pueda mantener el actual desvío de dinero para atender la emergencia de desplazamiento derivada de la invasión rusa sobre Ucrania.
Polonia es el país que más fondos europeos ha recibido para la acogida de refugiados ucranianos, un total de 562 millones de euros, según los datos de Bruselas difundidos el jueves. A territorio polaco han llegado en poco más de dos meses más de tres millones de personas.
Estos fondos, diseñados inicialmente para la recuperación económica de las regiones de Europa tras la crisis del coronavirus, servirán para inyectar liquidez a los países europeos para facilitar la acogida. Bruselas ha aumentado los instrumentos prefinancieros del 11 por ciento al 15 por ciento para todos los Estados miembros, con vistas a llegar hasta el 45 por ciento en el caso de los países en primera
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17:18
Aviones rusos sin identificar multiplican su presencia cerca de la frontera de la OTAN esta semana
Los centros de control aéreo de la OTAN han registrado esta semana un aumento del número de aviones rusos que se han aproximado a su frontera sin identificar y que han sido rastreados e interceptados por los cazas de la Alianza desplegados para vigilar el Báltico y el Mar Negro, incluidos españoles.
Fuentes de la OTAN han informado de que los aviones en misiones de policía aérea han sido activados varias veces durante los últimos cuatro días para rastrear e interceptar aviones rusos cerca del espacio aéreo de la Alianza.
Aviones rusos sin identificar multiplican su presencia cerca de la frontera de la OTAN esta semana
Los centros de control aéreo de la OTAN han registrado esta semana un aumento del número de aviones rusos que se han aproximado a su frontera sin identificar y que han sido rastreados e interceptados por los cazas de la Alianza desplegados para vigilar el Báltico y el Mar Negro, incluidos españoles.
Fuentes de la OTAN han informado de que los aviones en misiones de policía aérea han sido activados varias veces durante los últimos cuatro días para rastrear e interceptar aviones rusos cerca del espacio aéreo de la Alianza.
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El personaje es el que es y traerá lo que traerá. El presente es solo un aperitivo.
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Una vergüenza
VICTORIA PREGO
Según van transcurriendo las horas y los días nos vamos acercando a la progresiva comprensión de un escándalo de proporciones mayúsculas pero en el sentido justamente inverso a la versión interesada, manipuladora y falsa que el independentismo ha intentado colar ante la opinión pública y a la que Pedro Sánchez se ha sumado inmediatamente en un ejercicio de deslealtad, ingratitud y vileza que resulta muy difícil de digerir toda vez que estamos hablando del presidente del Gobierno de España.
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Una vergüenza
VICTORIA PREGO
Según van transcurriendo las horas y los días nos vamos acercando a la progresiva comprensión de un escándalo de proporciones mayúsculas pero en el sentido justamente inverso a la versión interesada, manipuladora y falsa que el independentismo ha intentado colar ante la opinión pública y a la que Pedro Sánchez se ha sumado inmediatamente en un ejercicio de deslealtad, ingratitud y vileza que resulta muy difícil de digerir toda vez que estamos hablando del presidente del Gobierno de España.
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Ya Antonio, pero explicar que lo que hace Putin es por una posible invasion de la OTAN o porque en tiempos de Catalina la Grande tenian las fronteras demasido grandes es como decir que nuestro plan estrategico de defensa esta condicionado por los canales y zonas empantanadas de Utrech.Y mira que Luis Riestra lo expresa con mucha claridad, pues no hay manera
Explicar lo que hace Putin, no es justificar lo que hace Putin.
No tiene nada que ver. Salvo que seas Putin y te sirva como justificacion a ti mismo.
Yo sigo sin verlo, que la OTAN estaba muerta y semi enterrada. Lo que me cuadra es lo que te dije, que Rusia no se puede permitir a ninguna democracia prospera en sus fronteras. Y esto explicaria porque esta masacrando y destruyendo todo el pais, para, pase lo que pase, que Ucrania se quede en el guano unas cuantas decadas.
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Lo que va a costar limpiar todas las instituciones que esta prostituyendo ese malnacido, llevara decadas. El CNI no es el ministerio de Igual-da, que lo abres hoy y cierras mañana y no pasa nada. La informacion a altos niveles, es una planta de extremada delicadeza y de la que se tardan decadas en "criar" el ambiente optimo para que de sus frutos.El personaje es el que es y traerá lo que traerá. El presente es solo un aperitivo.
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Una vergüenza
VICTORIA PREGO
Según van transcurriendo las horas y los días nos vamos acercando a la progresiva comprensión de un escándalo de proporciones mayúsculas pero en el sentido justamente inverso a la versión interesada, manipuladora y falsa que el independentismo ha intentado colar ante la opinión pública y a la que Pedro Sánchez se ha sumado inmediatamente en un ejercicio de deslealtad, ingratitud y vileza que resulta muy difícil de digerir toda vez que estamos hablando del presidente del Gobierno de España.
Es muy sencillo de entender, de igual manera que los servicios de informacion trabajan juntos, los grupos terroristas trabajan de igual manera, se pasan, venden y compran informacion y servicios.
Ahora pongamonos en la piel de uno de nuestros agentes que este trabajando en Karachi y que vaya a pedirle tabaco a un ingles, que las risas se van a oir desde aqui.
bmwan
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Por poder puede ganar cualquiera de los que se presentan, pero me temo que mucho tiene que cambiar la cosa para que gane VOX.
Pienso que incluso el PSOE lo tiene crudo para volver a ganar, el electorado reacciona ante golpes de escándalos y desgaste político, Moreno se ha desgastado poco y sin ruido. Tampoco lo han cazado en un marrón por lo cual si las cosas siguen como están saldrá reelegido aunque seguramente necesite a VOX para gobernar.
bmwan
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Y necesitan otros 130.000 como mínimo que no encuentran.
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