El del coche, o iba muy puesto, o se creía el rey del mambo.
En condiciones normales, sales del coche, y eres capaz de evaluar tu entorno. No te pones a hacer simulacros de poner banderillas, o te haces el señor Lobo de Pulp Fiction apoyado en el coche. Y nunca, nunca nunca nunca dejas tu espalda al descubierto, y nunca nunca nunca estás relajado en modo chulo
La tía del patinete en la distancia armando el lio... LA MOTO QUE LLEGA CON DOS MAROMOS, uno que se baja... no sé. vamos.. física cuántica no parece.
Pero vamos, la percepción es que el maromo parece ir por la vida cómo si vivera en otro universo.
Si "vienes de barrio", antes de bajarte del coche, ya sabes de que va la vaina, y si te bajas, no te pones a hacer el chimpancé. Y menos viendo lo que viene.