La verdad es que es lamentable pero eso sucede en todas las escalas. Cuando estaba en el instituto tenía tres amigas (tenía más, pero me voy a referir a este trío en concreto) que estaban muy bien. Ya con 15 años apuntaban alto. Una de ellas me traía loquito y si no fuera por los gilipollas de mis amigos hubiéramos salido juntos (por boca de ella, no es una suposición) aunque no lo lamento porque estoy casado con una mujer maravillosa.
Pues bien ahora que tienen 33 (lógicamente como yo), una pilló a un arquitecto que vino a hacer la mili aquí y tienen dos hijos, un Clase E, un chalet alucinante... Otra se casó con el director de una sucursal bancaria: Chalet, una niña, Rover 75 él, descapotable deportivo ella... La tercera, la que me gustaba no la he visto hace al menos 4 años. Se la encontraron más o menos por esa época mis gili-amigos y después de preguntarles por mi les dijo que se casaba con un tipo de Sevilla. Mis amigos le preguntaron que si iba a dejar el trabajo y ella dijo que sí, que iba a vivir de las tarjetas de crédito de él (que se réia al lado y por lo visto con cara de pánfilo) y un amigo mío le dijo que no se riera, que ella hablaba de corazón. Ahora que yo sepa tienen un chalet en Valdelagrana y una niña. No sé más.