Hoy estaba explicando a un amigo una anécdota:
Cena informal (sin idea de derrocar) entre semana, sitio pequeñito y acogedor para parejas; ahí veías los vinos en unos estantes tipo bodega, con el precio colgado en cada botella, muy cuco todo.
Yo elegí un tinto que nos dejó alucinados por la excelente relación calidad precio. La encargada me dijo antes que era una excelente elección y blablabla. Yo ya me extrañé tantas fiestas con el vino, pero bueno.
Al final, trae la nota y me di cuenta de que lo que me habia parecido un 1 (lo di por hecho de manera inconsciente) en la primera cifra del precio colgado resultó ser un 5...glups!
El vino era un Cims de Porrera Classic, quizás 2011, me gustó mucho.
Experiencia divertida que en casa recordamos con cachondeo a veces