La leyenda urbana es lo de siempre, ponemos el kit básico que se denomina tuning (llámese Brembo, llámese Performance) y ya nos creemos que hay barra libre. Es una mejora muy buena y palpable con respecto a lo que tienes de origen, sólo hay que entender lo que uno está montando y para qué es, sino te costará la pasta en reparaciones. Si es que incógnitas no hay ninguna.
Hay que diferenciar entre circular, conducir espirituosamente e ir a todo lo que da.
Los frenos de serie son para circular y frenadas de emergencia.
Los frenos deportivos tipo Performance, esos Brembo o los que montan en general cualquier coche deportivo, son para uso espirituoso, ir ligerito tirando a fuerte y no mucho tiempo. Si les exiges por encima de su rango de utilización pues acortarás la vida exponencialmente de todo, c**o, hasta le cambias el color a la pinza. Por abusar un poco de vez en cuando tampoco se desintegran, las cosas no son blanco/negro, por tanto esto va a cumplir con casi todo el rango razonable de uso en coches de calle.
Por último estamos los que buscamos hacer un stint de X minutos con el coche al 100% (lo que te dure la goma sin pasarla es lo más inteligente) en cualquier circuito. Hacer 100 frenadas a fondo, todas iguales y perfectas y que todos los componentes trabajen en su rango de temperatura. Además de conseguir el máximo nivel de tacto y precisión alcanzables en la frenada, con lo que esto conlleva a la hora de sacar partido.
Por tanto hablamos de 3 diseños distintos. Tu estás queriéndote pasar del primer estadio al segundo. Ver fotos de pinzas destrozadas de fulanos desconocidos no te va a aportar absolutamente ninguna información útil más allá de la anécdota.
